Sitio dedicado a la Antropología

¿A qué se dedica la Antropología?

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La Antropología es el estudio de la humanidad, de los pueblos antiguos y modernos y de sus estilos de vida. Las diferentes ramas de la antropología se centran en distintos aspectos de la experiencia humana; cómo nuestra especie evolucionó a partir de especies más antiguas; cómo llegamos a poseer la aptitud para el lenguaje, de qué manera lo desarrollamos y diversificamos y los modos en que las lenguas modernas satisfacen la necesidad de comunicación humana; y por último se ocupan de las tradiciones aprendidas del pensamiento y la conducta humana, de la forma que evolucionaron y se diversificaron las culturas antiguas y de cómo y por qué cambian o permanecen inmutables las culturas modernas.
La antropología cultural se ocupa de la descripción y análisis de las culturas —las tradiciones socialmente aprendidas del pasado y del presente. La etnografía, describe e interpreta las culturas existentes hoy en día. La comparación de estas descripciones e interpretaciones permite formular hipótesis y teorías sobre las causas de las similitudes y diferencias culturales del pasado y del presente.
La arqueología y la antropología cultural tienen objetos similares pero se diferencian en los métodos que emplean y en las culturas que estudian. La arqueología estudia los restos materiales que dejan las culturas del pasado sobre o debajo de la superficie de la tierra.
La lingüística antropológica es el estudio de la gran diversidad de lenguas habladas por los seres humanos. Los lingüistas de orientación antropológica intentan reconstruir la historia de estas lenguas y de familias lingüísticas enteras. Se interesan por la forma en que el lenguaje influye y es influido por otros aspectos de la vida humana; por la relación entre la evolución del lenguaje y la evolución de nuestra especie; y de la relación de la evolución de las lenguas y la evolución de las diferentes culturas.
La antropología física asocia los demás campos antropológicos con el estudio de los orígenes animales y la naturaleza biológicamente determinada de nuestra especie. Los antropólogos físicos tratan de reconstruir el curso de la evolución humana mediante el estudio de los restos fósiles de especies antiguas similares a la especie humana.
Asimismo, intentan describir la distribución de las variaciones hereditarias entre las poblaciones contemporáneas, y deslindar y medir las aportaciones relativas a la herencia, la cultura y el medio ambiente a la vida humana.
La antropología aplicada utiliza los descubrimientos de los estudios culturales, arqueológicos, lingüísticos y biológicos para resolver los problemas prácticos que afectan a la salud, la educación, la seguridad y la prosperidad de los seres humanos en los más diversos marcos culturales.
La combinación de estos cinco campos de la antropología que se han citado con anterioridad se denomina antropología general.

¿Por qué la antropología?

Muchas disciplinas, además de la antropología, se ocupan del estudio de los seres humanos. Lo que diferencia esta disciplina de las otras es su carácter global y comparativo. Otras ramas del saber abordan únicamente un segmento concreto de la experiencia humana o una época o fase concreta de nuestro desarrollo cultural y biológico. Pero los antropólogos insisten en que se contrasten las conclusiones extraídas del estudio de un grupo humano o de una determinada civilización con datos provenientes de otros grupos o civilizaciones. Así aspiran a dominar los prejuicios de su propio sexo, raza, religión, nación, grupo étnico o cultura. Desde la perspectiva antropológica todos los pueblos y culturas son igualmente merecedores de estudio.
Los antropólogos creen que el único modo de alcanzar un conocimiento profundo de la humanidad consiste en estudiar tanto las tierras lejanas como las próximas, tanto en las épocas remotas como en las actuales. Y adoptando esta visión amplia de la totalidad de la experiencia humana, quizá logremos arrancarnos las anteojeras que nos imponen nuestros estilos de vida locales para ver al ser humano tal como realmente es.

Nos extenderemos en la definición del concepto de cultura, relacionándolo con el de sociedad e identificando ciertos procesos generales que han de ser tenidos en cuenta para explicar por qué las costumbres, las tradiciones y las conductas son, al mismo tiempo, tan distintas y tan parecidas en todo el mundo.

Definiciones de cultura

La cultura alude a las tradiciones aprendidas y socialmente adquiridas que aparecen en forma rudimentaria entre los mamíferos, especialmente entre los primates. Cuando los antropólogos hablan de una cultura humana se refieren a los modos socialmente adquiridos de pensar, sentir y actuar de los miembros de una sociedad concreta.
Muchos antropólogos, sin embargo, prefieren contemplar la cultura como un fenómeno puramente mental consistente en las ideas que la gente comparte sobre cómo se debería pensar o actuar. Está implícito en este punto de vista que son las ideas la causa y guía de conducta. Pero la relación entre ideas y conducta es mucho más compleja. La conducta puede también guiar y causar ideas, como puede verse en los momentos en que las culturas cambian con rapidez, tal y como sucede hoy en día en la mayor parte del mundo.
Otro inconveniente de abordar la cultura como un programa mental en vez de considerarla dotada de aspectos tanto mentales como conductuales proviene del hecho de que los más acuciantes problemas sociales de nuestro tiempo no están programados en absoluto.

Sociedad, subcultura y sistema sociocultural

Con el término sociedad nos referimos a un grupo organizado de personas que comparten un hábitat dependiendo unas de otras para su supervivencia y bienestar. Toda sociedad humana posee una cultura predominante, pero todas las sociedades contienen grupos de personas cuyos estilos de vida no son compartidos por el resto. Para referirse a los patrones de cultura característicos de tales grupos los antropólogos emplean a menudo el término subcultura.
El término sociocultural es una abreviatura de «social y cultural» y es útil para recordar que la sociedad y la cultura forman un complejo sistema de partes que interactúan.

Endoculturación y relativismo cultural

La cultura de una sociedad tiende a ser similar en muchos aspectos de una generación a la siguiente. En parte, esta continuidad en los estilos de vida se mantiene gracias al proceso conocido como endoculturación. La endoculturación es una experiencia de aprendizaje parcialmente consciente y parcialmente inconsciente a través de la cual la generación de más edad invita, induce y obliga a la generación más joven a adoptar los modos de pensar y comportarse tradicionales. La endoculturación se basa, principalmente, en el control que la generación de más edad ejerce sobre los medios para premiar y castigar a los niños. Cada generación es programada no sólo para replicar la conducta de la generación anterior, sino también para premiar la conducta que se conforma a las pautas de su propia existencia de endoculturación y castigar, o al menos no premiar, la conducta que se desvía de éstas.
El concepto de endoculturación ocupa una posición central en el punto de vista distintivo de la Antropología moderna. La incomprensión del papel que desempeña en el mantenimiento de las pautas de conducta y pensamiento de cada grupo forma el núcleo del fenómeno que llamamos etnocentrismo. El etnocentrismo es la creencia de que nuestras propias pautas de conducta son siempre naturales, buenas, hermosas o importantes, y que los extraños, por el hecho de actuar de forma diferente, viven según patrones salvajes, inhumanos, repugnantes o irracionales.

Relativismo cultural

Los antropólogos ponen un gran énfasis en el punto de vista conocido como relativismo cultural, lo que significa que se hayan comprometidos en la tarea de intentar comprender cómo se les representa el mundo a las gentes de diferentes culturas sin permitir que interfieran sus propias creencias y preferencias.

La ciencia y la relatividad de la verdad

La relatividad de los valores afirma que no existen valores morales universales y la relatividad de la verdad se basa en que no se puede obtener la verdad objetiva sobre los pensamientos y acciones humanas.
La objetividad científica no se obtiene por la ausencia de prejuicios sino impidiendo que éstos influyan en el resultado de la investigación.

Limitaciones del concepto de endoculturación

En las condiciones del mundo actual resulta fácil ver que la endoculturación no puede explicar una parte considerable de los estilos de vida de los grupos sociales existentes. Está claro que la replicación de las pautas culturales de una generación a otra nunca es completa. Las antiguas pautas no siempre se repiten con exactitud en generaciones sucesivas, y continuamente se añaden pautas nuevas. Esta carencia de continuidad intergeneracional ha sido denominada abismo generacional.
La endoculturación puede explicar la continuidad de la cultura; pero no puede dar cuenta de la evolución de la cultura. Incluso la endoculturación tiene limitaciones importantes en lo que atañe a la continuidad de la cultura. Las pautas replicadas no son el resultado de una programación que una generación experimenta por obra de otra. Muchas pautas son replicadas porque sucesivas generaciones se ajustan a condiciones similares en la vida social de formas similares. A veces, la programación recibida puede incluso diferir de las pautas reales; la gente puede ser endoculturada para comportarse de una determinada manera y verse obligada, a causa de condiciones que escapan a su control, a comportarse de otra.

La difusión

En tanto que la endoculturación designa el proceso por el que la cultura se transmite de una generación a otra, la difusión se refiere al proceso por el que la cultura se transmite de una sociedad a otra. Este proceso es tan frecuente que cabe afirmar que la mayoría de los rasgos hallados en cualquier sociedad se ha originado de otra.
A principios de este siglo, la difusión era considerada por muchos antropólogos como la explicación más importante de las diferencias y semejanzas socioculturales. Los persistentes efectos de este punto de vista todavía se pueden apreciar en intentos de explicar las semejanzas entre grandes civilizaciones como consecuencia de derivar unas de otras. No obstante, en los últimos años la difusión ha perdido fuerza como principio explicativo. Nadie duda de que, en general, cuanto más próximas están dos sociedades, tanto mayores serán sus semejanzas culturales. Pero estas semejanzas no se pueden atribuir, sencillamente, a una tendencia automática a la difusión de rasgos. Hay que recordar que es probable que sociedades próximas en el espacio ocupen ambientes similares; de ahí que sus semejanzas puedan deberse a la adaptación a condiciones parecidas (Harner). Existen, además, numerosos casos de sociedades en estrecho contacto durante cientos de años que mantienen estilos de vida radicalmente diferentes (cazadores africanos del bosque Ituri y sus vecinos los agricultores bantúes).
Además, aun cuando se acepte la difusión como explicación, todavía no se ha resuelto la pregunta de por qué el rasgo difundido tuvo su origen en el primer lugar. Finalmente, la difusión no puede explicar muchos casos notables en que gentes que se sabe nunca han tenido medio alguno de contacto inventaron útiles y técnicas bastante similares y desarrollaron formas de matrimonio y creencias notablemente parecidas.
En síntesis, la difusión no es más satisfactoria que la endoculturación como forma de explicar las diferencias y similitudes culturales. Si en la determinación de la vida social humana sólo interviniesen la difusión y la endoculturación, lo lógico sería esperar que todas las culturas fueran y permanecieran idénticas; pero esto no es así.
No hay que concluir, sin embargo, que la difusión no desempeña papel alguno en la evolución sociocultural. La proximidad entre dos culturas a menudo influye en la dirección y el ritmo de los cambios, y moldea detalles específicos de la vida sociocultural, aunque tal vez no logre moldear los rasgos generales de las dos culturas.

El trabajo de campo y los aspectos mentales y conductuales de la cultura

El método antropológico más distintivo es la observación de participantes. Este método implica convivir con una población por un periodo largo de tiempo y participar lo más posible en sus actividades cotidianas: charlar, escuchar o simplemente mirar.
El objetivo de un trabajador de campo es adquirir conocimiento tanto del aspecto mental como del conductual de una cultura. El aspecto mental está formado por un mundo interior de pensamientos y sentimientos que existe a diferentes niveles de conciencia:
  1. Las personas pueden poseer un «lenguaje corporal» prescrito sin ser conscientes de ello.
  2. Existen pautas más próximas a la conciencia, que se pueden conocer fácilmente planteando las preguntas adecuadas.
  3. Existen reglas de conducta y enunciados de valores.
  4. Las culturas no sólo poseen reglas para la conducta, sino también para romper las reglas de la conducta.

Aspectos emic y etic de la cultura

Al estudiar las culturas humanas, hay que explicar si se expresa el punto de vista del participante nativo o del observador. Estos son, respectivamente, los puntos de vista emic y etic. Los aspectos mentales y conductuales de la cultura son abordables desde ambos. Las versiones emic y etic de la realidad difieren a menudo de un modo acusado.
Sin embargo, existe normalmente algún grado de correspondencia entre ellas.
La prueba de la adecuación de las descripciones y análisis emic es su correspondencia con una visión del mundo que los participantes nativos aceptan como real, significativa o apropiada. Al llevar a cabo la investigación en el modo emic, los antropólogos tratan de adquirir un conocimiento de las categorías y reglas necesarias para pensar y actuar como un nativo.
En cambio, la prueba de la adecuación de las descripciones etic, es su capacidad para generar teorías fructíferas desde un punto de vista científico sobre las causas de las diferencias y semejanzas socioculturales. En vez de emplear conceptos que sean necesariamente reales, significativos y apropiados desde el punto de vista del nativo, el antropólogo emplea categorías y reglas derivadas del vocabulario de la ciencia que con frecuencia, no son familiares a este.

Emic, etic y vacas sagradas

En el distrito de Trivandrum, en el estado de Kerala, en la India meridional, los agricultores insistían en que nunca acortarían deliberadamente la vida de uno de sus animales, que nunca lo matarían ni lo dejarían morir de hambre afirmando así la prohibición hindú contra el sacrificio del ganado. Lo que hacen en lugar de sacrificar los terneros indeseados es dejarlos morir de hambre.

El patrón universal

Para poder comparar las culturas, el antropólogo tiene que recoger y organizar los datos culturales en relación con aspectos interculturales o partes del sistema sociocultural. Al inventario total de estos aspectos recurrentes o partes se le denomina el patrón universal.
Los antropólogos están de acuerdo en que toda sociedad humana ha de tener dispositivos de índole conductual y mental relacionados con la subsistencia en el medio ambiente, la reproducción, la organización del intercambio de bienes y trabajo, la vida en el seno de grupos domésticos y comunidades más amplias, así como los aspectos creativos, expresivos, lúdicos, estéticos, morales e intelectuales de la vida humana. Sin embargo, no hay acuerdo sobre cuántas subdivisiones de estas categorías deben reconocerse ni sobre qué prioridad ha de otorgárseles a la hora de encaminar la investigación. Aquí utilizaremos el patrón universal que consta de tres grandes divisiones: infraestructura, estructura y superestructura.

Infraestructura

Consiste en las tecnologías y en las actividades productivas y reproductivas que conducen directamente a proveerse de alimentos y alojamiento, a protegerse frente a la enfermedad y a la satisfacción de la sexualidad y de otras necesidades e impulsos humanos básicos. La infraestructura abarca, asimismo, las limitaciones y las posibilidades que sobre la producción y la reproducción suponen el hábitat natural de la sociedad, así como los medios que emplean para aumentar o disminuir el crecimiento de la población.

Estructura

Consiste en los grupos y organizaciones existentes en todas las sociedades que distribuyen, regulan e intercambian bienes, trabajo e información. El centro principal de algunos grupos radica en el parentesco o en las relaciones familiares; algunos proveen la organización política y económica de toda la sociedad, mientras que otros se encargan de la organización de los ritos religiosos y de diversas actividades intelectuales. Evidentemente, el centro principal de actividad de un determinado grupo social puede solaparse con el de otro. Pero para que podamos analizar estas conexiones, debemos partir de una representación preliminar de la estructura social basada en el centro principal de sus grupos más importantes.

Superestructura

Consiste en conductas y pensamientos dedicados a labores artísticas, lúdicas, religiosas e intelectuales junto con todos los aspectos mentales y emic de la estructura e infraestructura de una cultura.

La diversidad de las teorías antropológicas

Los tipos de investigación que desarrollan los antropólogos, así como los tipos de conclusiones que subrayan, están muy influidos por las premisas básicas que establecen sobre las causas de la evolución cultural. Estas premisas básicas que establecen los antropólogos pertenecientes a las distintas doctrinas teóricas se denominan estrategias de investigación o paradigmas.
El punto de vista adoptado por Harris se conoce como materialismo cultural. Esta estrategia sostiene que la tarea principal de la Antropología cultural es proporcionar explicaciones causales científicas de las diferencias y similitudes en el pensamiento y la conducta de los diversos grupos humanos. El materialismo cultural parte de la base de que el mejor modo de desarrollar esta labor es estudiar constricciones materiales a las que la existencia humana está sujeta. Se denominará a éstas constricciones o condiciones materiales con el objeto de distinguirlas de las constricciones o condiciones impuestas por las ideas u otros aspectos mentales o espirituales de la superestructura de una sociedad. Para los materialistas culturales, las variaciones en la infraestructura de una sociedad constituyen las causas más probables para dar cuenta de la variación de los aspectos mentales o espirituales de la vida humana. Esto no significa que la estructura y la superestructura sean menos importantes o esenciales para la vida social humana.
Así infraestructura, estructura y superestructura no son igualmente eficientes para determinar el mantenimiento o la extinción de las innovaciones socioculturales.

La cultura como paisaje

Los seres humanos nacemos y nos formamos en una cultura que tiene un «paisaje» de objetos e intangibles producidos por las generaciones precedentes a las que aceptamos como la realidad misma. La ideología imperante ha instalado la idea de que la cultura está por encima de la gente y que es sinónimo de refinamiento. Se obtiene con eso un doble resultado: ponerla en un lugar inaccesible y ajeno –como superestructura independiente- y negar la participación del pueblo. Sutilmente se incluye al ser humano dentro de una serie biológica como heredando una cultura producida por una minoría de individuos especiales.
Así la cultura es la expresión de la intencionalidad humana, esto es, es creada por el hombre y no existe por sí misma.
La cultura inunda nuestras vidas, contribuimos a su desarrollo con ideas, inventos y otras producciones y, sin embargo, somos ampliamente inconscientes de ella. Sin embargo, nuestro aporte al desarrollo cultural será el producto del análisis de nuestra sociedad y la decisión de por qué sociedad es válido luchar.
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Concepto ideológico de raza

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Las razas como poblaciones

Una raza, en general, es una población de seres vivos que, perteneciente a una especie, ha tenido poco o ningún flujo de genes (cruce entre poblaciones) durante un largo periodo de tiempo.
La especie humana consta de diferentes poblaciones que podrían etiquetarse como «razas» (negra, amarilla, blanca) con frecuencias genéticas distintas y asociadas a continentes o regiones extensas. Sin embargo, no son taxonomías científicamente válidas, por lo cual se ha propuesto eliminar la palabra «raza» en los textos de Antropología y sustituirla por población.
Una población humana es simplemente cualquier grupo de gente que se cruza entre sí con frecuencia más que fortuita y que muestran uno o más genes diferentes con los grupos vecinos de gente. De cualquier modo, la palabra raza y su significado popular son demasiado importantes como para ignorarlos.

Taxonomías raciales tradicionales

La definición de raza como una población en la que aparecen uno o más genes con una frecuencia característica contradice las nociones populares sobre las divisiones raciales del moderno Homo sapiens; según la cual el Homo sapiens está dividido en un número pequeño y fijo de grupos raciales cuyos miembros poseen un conjunto de rasgos hereditarios característicos.
Muchos de estos rasgos, fácilmente perceptibles, los constituyen los rasgos externos (color de la piel, forma del pelo, de la nariz, cantidad de vello, estatura, etc.).
El primer problema que plantea este concepto de raza es que los rasgos de estos conjuntos no permanecen juntos en el tiempo o en el espacio. Por el contrario, cada rasgo puede ser clasificado independientemente y separado genéticamente estando sometido a las fuerzas evolutivas de la mutación (ocurre cuando el ADN se copia con errores durante la replicación), deriva (fluctuaciones al azar en la frecuencia de los genes) y selección.
En consecuencia, al menos la mitad de la población del mundo exhibe hoy en día paquetes de rasgos faciales con los que no cuentan los estereotipos populares. Así los ainu (Japón) están entre la población de más cabello del mundo, frente al arquetipo de cabello escaso que se atribuye a la raza mongoloide. O los nativos australianos, que presentan cabello claro y ondulado a pesar de ser de piel oscura, etc. Además ocurre, por ejemplo, en la taxonomía popular americana, que si un progenitor es «negro» y el otro «blanco», el hijo es «negro», a pesar de que la mitad de sus genes son «blancos». De esta manera se produce el fenómeno del «blanco» (con un único antepasado «negro») clasificado socialmente como «negro». De la misma manera, la mayoría de los «negros» americanos han recibido una significativa parte de sus genes de ancestros europeos recientes, pero se les considera africanos.
Con objeto de ser más rigurosos, más científicos, habría que imitar a los brasileños, que identifican los tipos raciales no por 3 o 4 términos, sino por 300 o 400.

Antigüedad de las razas

Nadie sabe qué conjunto de rasgos caracterizaba a las poblaciones de hace 25.000 o más años. Esta incertidumbre es especialmente relevante en lo que se refiere a las partes blandas del cuerpo, color de la piel y forma del pelo, ya que estas características no se mantienen en el registro fósil.

Purasangres

Otro concepto popular erróneo acerca de la raza es que existen individuos «de pura sangre» que son más representativos que otros de los rasgos, la esencia o el arquetipo de la raza.
Pero si se ignora a los individuos que no conforman a los que se supone que debe ser el aspecto típico de su grupo racial, se está violando el concepto de raza como población. De la misma manera, cualquier individuo cuyos genes formen parte del pool genético de una población es un miembro de esa población como cualquier otro.
No se puede caracterizar a una población por sus frecuencias genéticas, ya que los individuos que la componen no poseen frecuencias genéticas: son los grupos los que las poseen y en el curso de generaciones de una familia de individuos, los diversos genes del paquete genético van cambiando como consecuencia de las fuerzas de la evolución.

Clinas

Las nociones populares imaginan las razas como ocupantes de territorios rígidamente delimitados. Pero, en realidad, los genes responsables de los rasgos característicos aparecen con frecuencia gradualmente creciente o decreciente de una región a otra. Tales distribuciones se denominan clinas.
Así la frecuencia de genes responsables del color oscuro de la piel, crece siguiendo la dirección Europa Mediterránea a lo largo del Nilo hasta África central.
Las clinas son el resultado de dos procesos evolutivos:
  • Flujo de genes. Como resultado de la propagación de genes por las poblaciones adyacentes se puede esperar un cambio gradual en las frecuencias de genes con la distancia.
  • Selección. Un patrón similar resultaría si hay una ventaja adaptativa para un gen y si esa ventaja varía con la latitud, longitud o altitud (el color de la piel, por ejemplo, tiene un modelo clinal desde las latitudes más bajas a las más altas).
La existencia de castas de clinas pone en duda la noción de que las razas estén asociadas con territorios fijos y antiguos.
El flujo de genes y la selección actúan constantemente alterando las frecuencias genéticas y los límites entre las poblaciones. Por consiguiente, no existe un punto de partida en el que todas las razas actuales eran puras y sin mezcla y vivían aisladas en su territorio.

Los grupos sanguíneos y la raza

Se plantea otro problema al definir las razas utilizando el paquete tradicional del rasgo. A medida que se añaden más rasgos, especialmente si se trata de rasgos que no son perceptibles externamente cambian los límites de las mismas.
Esto puede ser visto en el caso de los alelos que determinan las propiedades inmunológicas de la sangre, y en consecuencia el éxito de las transfusiones entre un hombre y otro.
Los grupos de sangre mejor conocidos son los controlados por tres alelos (A, B y O). Estos alelos dan lugar a cuatro fenotipos (A, B, AB y O). Todas las personas tienen uno de estos cuatro fenotipos de grupo sanguíneo. El tipo más ampliamente distribuido es el O, que se da en todos los continentes y a través de todas las divisiones raciales.

Raza y polimorfismos

El polimorfismo genético se produce cuando existen diversos alelos de un mismo gen en una misma población, normalmente expresados como diferentes fenotipos (p.ej. el color de la piel es un polimorfismo). Se estima que hasta un 30% de los genes humanos son de este tipo.
Se han llevado a cabo diversos análisis multivariacionales para medir el grado de variación en los rasgos polimórficos que se produce dentro de grupos locales (como tribus o pequeñas comunidades étnicas) y arrojan como resultado que un 85% de las diferencias genéticas se producen dentro de los grupos locales dentro de las principales razas.
Es evidente el fracaso de los arquetipos raciales para explicar la distribución de los polimorfismos. Los antropólogos físicos han encontrado que es mucho más productivo acercarse al problema de los polimorfismos genéticos desde un punto de vista dinámico evolutivo y estudiar el papel de la selección natural y de otras fuerzas evolutivas en la producción de las variaciones de las frecuencias de genes.

Células falciformes y polimorfismos conexos

Uno de los casos más interesantes de polimorfismo es el de las células responsables de la enfermedad que se conoce por el nombre de anemia de células falciformes, debido a la cual los glóbulos rojos son incapaces de transportar las cantidades normales de oxígeno. Todas las zonas en las que estos alelos aparecen destacan por su alta incidencia de la malaria. Se descubrió que, en presencia de los alelos de la falcemia, el parásito de la malaria era incapaz de reproducirse y que los individuos portadores de ese alelo en forma heterocigótica (heredado únicamente a través de uno de los progenitores) ofrecían una resistencia mucho mayor a la enfermedad. Los alelos que permanecen equilibrados de este modo constituyen lo que se llama un polimorfismo en equilibrio.
Otra forma similar de polimorfismo equilibrado es la que explica la persistencia de una enfermedad conocida como talasemia, en la que existe cierta incapacidad para reproducir el número adecuado de glóbulos rojos. En su estado heterocigoto parece no tener efectos nocivos. Al igual que con la falcemia, este alelo se encuentra en regiones infectadas de malaria. La explicación puede ser que las mutaciones hayan producido miles de anormalidades en los glóbulos rojos, la mayor parte de las cuales ineficaces contra la malaria. Unas pocas, sin embargo, demostraron ser eficaces y fueron reiteradamente adoptadas por la selección natural.
Otro interesante polimorfismo es la capacidad de degustar la sustancia amarga llamada feniltiocarbamida o PTC y cuya ingesta excesiva produce disfunciones en la glándula tiroides. Esta sustancia se encuentra en las plantas de mostaza, en el repollo y en las coles de Bruselas. Los degustadores tienen el alelo dominante T y curiosamente el bocio se presenta en un mayor porcentaje en los no degustadores. Por consiguiente, la capacidad para degustar el PTC como una sustancia amarga puede estar relacionada con la capacidad para detectar plantas que afectan negativamente a la función del tiroides.

La nariz y la configuración corporal

Se han estudiado distribuciones de los rasgos asociados con las principales razas según su posible valor adaptativo (o contribución al éxito reproductivo). Los resultados distan de ser concluyentes pero algunas interesantes sugerencias permiten relacionar ciertos rasgos con la temperatura, la humedad y otros factores climatológicos: por ejemplo, la nariz larga de los europeos puede haber sido el resultado de la necesidad de elevar el aire frío y húmedo a la temperatura corporal antes de que alcance los pulmones. La forma redondeada y ancha que se da en general entre los esquimales puede deberse a que la forma esférica es la que más calor produce y más lo conserva (la forma esférica presenta el máximo de masa corporal con el mínimo de superficie).
La altura y delgadez de los africanos nilóticos puede deberse, por las razones opuestas, a que ello combina el mínimo de masa corporal con el máximo de superficie, maximizando de ese modo la pérdida de calor.

La deficiencia de lactasa

La deficiencia de lactasa constituye también otro polimorfismo. La capacidad de digerir leche depende de la capacidad del cuerpo para producir la enzima denominada lactasa. La mayoría de los mamíferos adultos, incluido el sapiens, pierde esa capacidad de producir lactasa al alcanzar la pubertad o la madurez y, por tanto, de digerir leche sin fermentar.
Presumiblemente, esto tiene un valor adaptativo que impide la competencia entre individuos maduros y niños por la leche materna.
Sin embargo, se da una mayor incidencia del alelo que permite a los adultos seguir produciendo lactasa en las poblaciones cuya subsistencia depende de la ingestión de gran cantidad de leche de origen animal como principal fuente de calcio. Esto ocurre especialmente en el norte de Europa.

El color de la piel

La mayoría de las personas no son ni muy claras ni muy oscuras, sino de piel morena. La piel extremadamente clara de los europeos del norte y la muy oscura de los centroafricanos son adaptaciones especiales. Los ancestros de piel morena pueden haber sido comunes a ambos hace miles de años. La piel humana debe su color a la presencia de partículas conocidas como melanina y su función primaria es proteger las capas superiores de la piel de los efectos nocivos de la longitud de onda ultravioleta de la luz solar.
Las personas, al carecer de pelo (que tiene otras ventajas) se exponen a dos tipos de peligrosas radiaciones: la quemadura solar ordinaria y los cánceres de piel. La melanina es la primera línea de defensa de nuestro cuerpo contra estas enfermedades. Cuantas más partículas de melanina, más oscura será la piel. Sin embargo, si la exposición a la radiación solar no tuviera más que efectos dañinos, la selección natural habría favorecido el color negro para todas las poblaciones. Pero los rayos de sol no siempre presentan una amenaza implacable. Cuando cae sobre la piel, la luz del sol convierte una sustancia adiposa de la epidermis en vitamina D, lo que juega un papel vital en la absorción del calcio, imprescindible, a su vez, para el crecimiento y fortalecimiento óseo.
Como la vitamina D se puede obtener de pocas comidas (principalmente de los aceites e hígados de pescado marino), las poblaciones del interior deben depender de los rayos del sol y de su propia piel para el abastecimiento de esta sustancia. Por lo tanto, el color particular de la piel de una población humana representa en gran medida un punto de equilibrio entre los peligros de excesiva y de escasa radiación solar.
Este equilibrio es el que explica, en gran parte, la preponderancia de la gente de color moreno en el mundo y la tendencia general del color de la piel a ser más oscuro entre las poblaciones ecuatoriales y más claro entre las poblaciones que viven en latitudes más altas. En las latitudes medias la piel sigue la estrategia de cambiar los colores con las estaciones, bronceándose al exponerse al sol y perdiendo dicho bronceado en invierno. La correlación entre el color de la piel y la latitud no es perfecta, porque otros factores, como la disponibilidad de los alimentos que contienen vitamina D y calcio, la cobertura nubosa de la región durante el invierno, la cantidad de ropa que se lleva y las preferencias culturales pueden trabajar a favor o en contra de la relación prevista.

El origen de la piel blanca

Los pueblos mediterráneos que emigraron al norte, tuvieron que cubrirse con ropa abundante para protegerse contra los inviernos largos, fríos y nubosos. Además, su economía agrícola y lechera no les proporcionaba pescado marino rico en vitamina D. De esta manera, los individuos de piel clara no bronceada que podían utilizar las dosis más débiles y breves de luz del sol para sintetizar vitamina D se verían fuertemente favorecidos por la selección natural (y cultural, como veremos más adelante). Durante los gélidos inviernos, sólo un pequeño círculo de la cara de un niño podía exponerse al sol, favoreciendo así la supervivencia de los niños con manchas rosas translúcidas en las mejillas, características de la mayoría de los norteuropeos. Pero la vitamina D no previene el raquitismo por sÍ sola, además tiene que producirse una ingesta adecuada de calcio. Y, como ya hemos visto, los norteuropeos tienen la inusual característica de poder ingerir leche sin fermentar durante toda la vida.
La selección cultural también pudo jugar un papel importante en el favorecimiento de la piel clara. Es probable que estos ancestros cuando tuvieran que elegir a qué niños alimentar o abandonar, dieran ventaja a los de piel clara, habiendo demostrado la experiencia que tales individuos tendían a crecer más altos, más fuertes y más sanos que sus hermanos más oscuros. Igualmente, los adultos tenderían a escoger a compañeros de piel clara puesto que eran más sanos y tenían más niños. Así se llegaría a la percepción de los blancos como más bellos.

El origen de la piel negra

En las latitudes ecuatoriales, con el sol directamente sobre las cabezas la mayor parte del año y siendo las ropas un obstáculo para trabajar y sobrevivir, el color oscuro se perfilaría como el más ventajoso.
Además, la vitamina D nunca les faltaba y el calcio se obtenía fácilmente de ciertas plantas, por lo que el raquitismo y los defectos óseos eran escasos.
El principal problema sería el cáncer de piel y, al igual que en el caso anterior, lo que la naturaleza comenzó, la cultura lo amplificó. Los niños más oscuros fueron favorecidos por los padres. Igualmente, los compañeros de piel más oscura vivían más y tenían más hijos. De esta forma, el color negro llegaría a considerarse más bello (es interesante anotar que los africanos sintieron rechazo en su primer encuentro con los europeos porque el blanco era el color que ellos asociaban con la muerte y el mal).

La controversia del coeficiente intelectual

Muchas personas están convencidas de que ciertos grupos raciales son por naturaleza más inteligentes, más musicales, más atléticos, más espirituales o más atractivos que otros. Estos estereotipos surgen de un problema metodológico común: la imposibilidad de controlar el efecto de las influencias culturales en la conducta de estos grupos.
En los últimos tiempos, la cuestión de las diferencias raciales se ha centrado en medir y comparar los cocientes intelectuales (CI) de los negros y blancos americanos. Es muy conocido el caso de que, en todo el país, la puntuación de los blancos superó en una media de un 15% a los negros, incluso en las muestras de correlativos estatus socioeconómicos.
Inicialmente se consideraba la inteligencia como un rasgo completamente heredado que no podía verse afectado por ninguna clase de influencia del medio. Más tarde, sin embargo, se admitió que el medio y la cultura podrían ejercer alguna influencia en el modo en que un individuo pudiera desenvolverse en un test de CI. Desde entonces se ha intentado medir qué parte de la puntuación de dicho test debe atribuirse a las influencias ambientales y culturales y cuál a la herencia, con el fin de desarrollar un test «exento o independiente de la cultura». Pero es una contradicción suponer que los seres humanos puedan estudiarse soslayando o anulando los efectos de la cultura (de sus ideas, de sus hábitos de percepción y de acción, etc.).
La heredabilidad de la inteligencia: algunos psicólogos sostienen que la inteligencia tiene un factor de heredabilidad del 80%, con lo que tan sólo el 20% se debería al medio.
La heredabilidad, sin embargo, es un predictor válido de la inteligencia sólo bajo un conjunto dado de condiciones ambientales. Las heredabilidad no dice nada acerca de cuáles serían las puntuaciones del cociente intelectual u otros rasgos hereditarios en un conjunto diferente de condiciones ambientales. Además, la heredabilidad no define los límites del cambio. Por todo ello no existe prueba alguna de que los negros americanos no pudieran lograr grandes avances en el test de experimentar un repentino cambio en su medio cultural.
El factor minoritario en el test de CI: el factor fundamental que estos estudios no pueden controlar es el efecto que sobre el desarrollo de los tests tiene el hecho de pertenecer a un grupo que es degradado, segregado y discriminado y que nunca ha podido desarrollar una sólida tradición de estima académica o de logros intelectuales.
No obstante, existe un estudio que se acerca a alguna de las condiciones necesarias para controlar los efectos que tiene sobre el CI el hecho de ser educado en una familia blanca o en una negra. Se trata de una investigación en la que se comparan las puntuaciones de CI de niños negros y niños blancos adoptados por padres blancos acomodados. Los resultados son los siguientes: tanto los niños adoptados negros como blancos obtuvieron puntuaciones más altas que la población en general. No hubo diferencias entre los CI de los niños negros y blancos. Los hijos biológicos de los padres blancos tuvieron puntuaciones más altas que sus «hermanos» adoptados (lo que podría explicarse como una ventaja heredada puesto que esos padres tenían CI superiores a la media o como un efecto de la adopción en los niños adoptados).

El Efecto Flynn

La premisa básica que presupone que el CI mide un rasgo heredado, fijo e inamovible tanto para grupos como para individuos se ha visto desafiada por un nuevo descubrimiento. El psicólogo James R. Flynn observó, cuando estudiaba las pruebas de inteligencia realizadas a los militares norteamericanos, que los reclutas que poseían una puntualización media con relación a sus compañeros de promoción se encontraban por encima de la media si se les comparaba con las puntuaciones obtenidas por una generación anterior.
Si las pruebas de cociente intelectual midieran realmente lo que se supone que miden, tendríamos que creer que los niños que nacen hoy día superan en inteligencia a sus abuelos en más de un 25 por ciento.

Raza e industrialización

En el siglo XIX el fracaso de los negros y de otras razas para competir con éxito contra las naciones blancas en la manufactura, el comercio y la guerra se consideró una prueba irrefutable de que los blancos europeos y sus descendientes en Norteamérica constituían una raza superior.
Convenientemente olvidaron que la historia está llena de relatos de imperios que fueron puestos de rodillas por pueblos que, en su momento, se consideraron irremediablemente atrasados y bárbaros: si a Julio César o a cualquiera de sus contemporáneos se les hubiera preguntado si podrían pensar en los bárbaros (británicos o germanos) como pueblos esencialmente iguales a los griegos o romanos, probablemente hubieran respondido que si esos norteños poseyeran la habilidad de los mediterráneos habrían podido expresarla desde hace tiempo, en vez de seguir viviendo en medio de la desorganización, la miseria, la rudeza y la ignorancia.
En cuanto a la arrogancia racial de los chinos, nada mejor la expresa que la negativa del emperador Ch’ien Lung en 1792, a la petición de una delegación de «bárbaros de rostro rojizo» de abrir relaciones comerciales. Inglaterra –dijo el emperador- no tenía nada que China pudiera desear. Era el mayor y más poderoso imperio que el mundo había visto jamás. Cincuenta años después de la arrogante afirmación el poder imperial chino fue destruido, sus ejércitos humillados por un puñado de tropas europeas, sus puertos marítimos controlados por mercaderes extranjeros y sus masas campesinas atrapadas por el hambre y la peste.
Buena parte de la humillación sufrida por la industria y el comercio de Estados Unidos a manos de sus competidores japoneses proviene de la arrogancia racial. En los años 30 los americanos opinaban que los japoneses sólo podrían imitar a la industria americana. Cincuenta años después los coches japoneses pondrían a Detroit de rodillas y el mercado americano sería dominado por los microscopios japoneses, cámaras fotográficas, relojes digitales, calculadoras, aparatos de televisión, grabadoras de vídeo y docenas de otros productos de consumo fabricados en Japón.
Igualmente, hoy en día se sigue pensando que el África negra está condenada, en razón de su herencia genética, a ser una perpetua rezagada en un mundo de avanzada industrialización y alta tecnología. Veamos las razones históricas de este retraso:
  • En el año 500 d.C. los reinos feudales africanos y europeos eran muy semejantes, excepto por el hecho de que los africanos se vieron privados a causa del Sahara del legado de tecnología e ingeniería que los romanos habían dejado a Europa.
  • A continuación, el Sahara volvió a inhibir el flujo de influencias Árabes que tanto contribuyeron a revitalizar la ciencia y el comercio europeos. Los pueblos mediterráneos desarrollaron en naves su comercio y sus guerras, convirtiéndose en potencias marítimas. Sus correligionarios de piel oscura, al sur del Sahara, estaban preocupados principalmente con atravesar el desierto y carecían de cualquier motivación hacia las aventuras marítimas.
  • En el siglo XV cuando las primeras naves portuguesas llegaron a la costa guineana, no resultó difícil alzarse con el control de los puertos y sellar el destino de África. Después de agotar sus minas de oro, se vieron abocados a la caza de esclavos para ser exportados al otro lado del Atlántico. Al finalizar el comercio de los esclavos, los europeos obligaron a los africanos a labrar y trabajar las minas para ellos.
  • Entretanto, las autoridades coloniales hicieron lo posible para mantener a África sometida y atrasada, estimulando las guerras tribales, limitando la educación de los africanos y, sobre todo, evitando que desarrollaran una infraestructura industrial que les permitiera ser competitivos una vez alcanzada la independencia política.
Otro ejemplo de las consecuencias del colonialismo nos lo proporciona el caso de Indonesia y Japón: En el siglo XVI ambas civilizaciones isleñas compartían muchos de los rasgos de los estados feudales agrarios. Indonesia se convirtió en una colonia holandesa en tanto que Japón cerró sus puertas a misioneros y comerciantes europeos, rechazando todo lo que no fueran libros, especialmente libros técnicos que explicaran cómo fabricar municiones, ferrocarriles o productos químicos. 300 años después Indonesia se encontraba subdesarrollada y Japón se convirtió en una superpotencia industrial.

La adaptación y la antigüedad racial

A causa de las fuerzas de la evolución (mutación, selección, deriva y flujo genético), los rasgos que se usan para definir a las razas o en día, así como los que se han usado en el pasado reciente, pueden no haber formado parte del mismo paquete en tiempos más remotos. De hecho, se desconocen los rasgos que caracterizaron a las poblaciones de hace 25.000 o más años. Esto es especialmente cierto en lo que se refiere a las partes blandas del cuerpo y el color de la piel, dado que estos rasgos no se han conservado en el registro fósil.
La creencia de que las razas actuales representan viejas formas aisladas de descendencia se halla ampliamente contradicha por los efectos adaptativos de la selección. Como acabamos de ver, los polimorfismos humanos pueden ser el resultado de la selección hacia alelos ventajosos. Si los rasgos que se usan para la clasificación racial son fuertemente adaptativos, entonces no pueden usarse como evidencia para dar cuenta de una antigua descendencia biológica común.
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La producción de datos en Antropología

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Por encima de cualquier otro tipo de indagación, la antropología se basa en la información etnográfica obtenida por medio del trabajo de campo. Esto significa que el antropólogo baja al terreno mismo donde se produce lo sociocultural, en el escenario actual de las relaciones sociales, de las prácticas, de los intercambios entre las gentes de una comunidad.
Su información se basa tanto en lo que le cuentan, le dicen, como en lo que ve, en el análisis de los contextos y procesos comunitarios en los que participa. Y para ello, el antropólogo debe hacerse un hueco en el grupo humano que estudia o donde se produce el fenómeno objeto de estudio. Para ello tiene que elaborar una serie de estrategias de aproximación y acercamiento que garanticen su capacidad de comunicación y comprensión, así como la continuidad de su estancia en la comunidad.

El método etnográfico

Ya sabemos que la etnografía es la rama de la antropología que estudia las culturas humanas desde el punto de vista descriptivo y analítico. Pues bien, podemos decir que el método etnográfico es la descripción de los métodos seguidos para recoger el material etnográfico. Por lo tanto, es necesario dar cuenta clara de cada uno de los datos, informar qué pruebas fácticas han permitido llegar a determinadas conclusiones, en qué circunstancias se efectuaron las observaciones y como se compiló la información. Hay que separar los resultados de la observación sus circunstancias y la forma en que se compila la información, de las deducciones obtenidas.

El trabajo de campo

El trabajo de campo es la recogida de datos concretos: censos de población, genealogías, parentescos, planos... Es tanto un método como una experiencia personal. Hay que evitar los prejuicios, suficiencias y la superioridad cuando se trata de recoger material que puede servir de ayuda y que proceda de fuentes no científicas: misioneros, empleados administrativos, comerciantes...
Para realizar una buena investigación etnográfica, es necesario aplicar paciente y sistemáticamente cierto número de reglas de sentido común y los principios científicos demostrados. Los principios metodológicos pueden agruparse bajo tres epígrafes:
  1. Territoriales: Es fundamental apartarse del hábitat común y permanecer con la comunidad objeto del estudio, convivir con ella, conocer su ambiente, familiarizarse con sus creencias y costumbres, compartir sus trabajos diarios, vida familiar, peleas, bromas, enfermedades, ritos, muertes... Durante este proceso de acercamiento y compenetración, el antropólogo va aculturándose, es decir, desarrolla un grado de identidad afín con el nuevo grupo y la nueva cultura, y rompe con presunciones sostenidas durante toda su vida. Por otro lado el grupo deja de interesarse, alarmarse o autocontrolarse por su presencia.
  2. Científicos: Es imprescindible conocer las normas y criterios de la etnografía moderna. Establecer los principios y objetivos e inspirarse en los últimos resultados de los estudios científicos. Es necesaria una buena preparación teórica para establecer conjeturas, y ausencia de ideas preconcebidas. No se debe partir de la necesidad de probar hipótesis preconcebidas. Se debe ser capaz de cambiar de punto de vista y ante las evidencias obtenidas, desechar sin dudar conclusiones prematuras.
  3. Metodológicos: Un estudio de campo se orienta a partir de una teoría. Frente a la creencia popular de que una comunidad vive como puede y quiere, la Etnografía ha establecido que hay cierto orden en toda comunidad. Hay leyes que ordenan el comportamiento y la conducta. Costumbres, instituciones, parentesco, etc., obedecen a determinados principios.
El ideal primordial y básico para un trabajo etnográfico es formular un esquema claro y coherente de la estructura social, separando de los hechos irrelevantes, las leyes y normas que todo fenómeno cultural conlleva. Si lo que se trata es de estudiar a una comunidad, el estudio deberá establecerse en toda su integridad y bajo todas sus facetas. Estudiar únicamente aspectos parciales (tecnología, religión, organización social...), llevará a conclusiones erróneas, pues toda actividad está ligada a otras numerosas actividades.

La estructura tribal y la anatomía de la cultura

Las normas institucionales indígenas son resultado de la interacción entre fuerzas mentales tradicionales y condiciones materiales medioambientales. Al igual que un miembro modesto de una institución moderna «depende» y «está en» la institución (Iglesia, Estado, Ejército) y no está formado para establecer un informe sobre el funcionamiento íntegro de la institución, tanto por carecer de perspectiva total del conjunto, como por su falta de capacitación para hacerlo, es inútil también interrogar a un indígena en términos sociológicos abstractos.
La diferencia está en que, en nuestra sociedad, cada institución tiene sus miembros instruidos, sus historiadores, sus archivos y documentos...; nada de esto existe en una sociedad indígena. El etnógrafo debe, pues, recoger personalmente datos y testimonios y establecer deducciones y generalizaciones.
La información debe recogerse planteando cuestiones al indígena por medio de casos reales o imaginarios; recoger sus puntos de vista, sus censuras morales, y así poder estudiar por derivación los diversos aspectos e implicaciones sobre cualquier aspecto: liderazgo, gobierno, autoridad social, festividades, costumbres, etc. Existirán fenómenos de gran importancia que no podrán recogerse por medio de interrogatorios: rutinas del trabajo diario, alimentación, vida social, reacciones emocionales, ritos...; deberán ser observados, entonces, imparcial y desprejuiciadamente, analizando los actos de la vida real y el comportamiento cotidiano.
Observemos como se procede al procesamiento de la información:
  • Recogidos los datos, las notas deben revisarse y corregirse.
  • Se agotará, lo más posible, la totalidad de casos disponibles.
  • Se transformará el plan mental previo en plan materializado: confección de diagramas y cuadros sinópticos y estadísticos, que reflejen todos los aspectos de la vida indígena; es decir, cuadros genealógicos, de transmisiones económicas, de ceremonia, de actos legales, de privilegios para ciertos miembros....
  • Se tabularán y ordenarán los datos, exponiendo clara y concisamente cuáles son observaciones directas y cuáles las indirectas.
  • Estudio de la mentalidad. Los actos de la vida tribal se dan por la rutina de la tradición y la costumbre, por la forma en sí de llevarlos a cabo y por las interpretaciones mentales que el propio indígena incorpora; hay, pues, también, móviles, sentimientos e ideas. Por tanto, hay que recogerlos y estudiarlos. No se trata de saber lo que piensan y sienten en tanto que individuos, sino en tanto que miembros de una comunidad determinada, pues el ambiente social y cultural circundante determina el pensar y el sentir. Cabe destacar la utilidad de aprender la lengua indígena y utilizarla como instrumento de investigación.
  • El resultado final es llegar a captar el punto de vista del indígena, su posición ante la vida, comprender su visión del mundo. El estudio de las instituciones, costumbres, códigos legales y morales de cada cultura.

Perspectiva holística

El «holismo» es el estudio de una sociedad o cultura con un afán total o globalizador que describa su unidad. Si bien da una idea o perspectiva más o menos completa, también tiene inconvenientes: subrayar la unidad de una sociedad o cultura, es ignorar la diversidad y el cambio.
Por ello, han surgido otras aproximaciones:
  • El estudio de casos -. El estudio de casos nace del Funcionalismo y describe la diversidad, el conflicto, el drama social, la elección individual. Es decir, se estudian los detalles y experiencias particulares captados en un contexto global. Así, la circuncisión de un niño efectuada por un anciano y la resistencia que opone el clan a que la realice por la edad del anciano, muestra la oposición entre lo viejo y lo nuevo, la tradición y el conflicto.
  • El análisis simbólico -. El análisis simbólico nace del Configuracionismo. Consiste en interpretar los significados de una cultura a partir del estudio detallado de una forma particular. Así, a partir del análisis social de las peleas de gallos, se han descrito y explicado las relaciones entre castas altas y bajas, el estatus y la jerarquía.

Discusiones historiológicas

La lectura habla sobre la importancia de la mirada del investigador, los informantes y el lector y las deformaciones e interferencias que pueden aportar y se centra en la Historia:
  1. Las deformaciones de la historia mediata (el propio momento del historiador, la manipulación de las fuentes, la simplificación de los hechos y la censura en la cabeza del lector).
  2. Las deformaciones de la historia inmediata (enfatizaciones de hechos que en un momento fueron significantes pero que hoy no lo son, valorizaciones que hoy no son relevantes, etc.).
  3. Los intentos de ver el pasado sin ningún fundamento temporal o simplemente como forma: aquí la lectura incluye distintas teorías y concepciones (Vico, Herder, Spengler y Toynbee).
  4. Se analiza el problema de la temporalidad y cómo es necesario entender el concepto de tiempo y proceso para llegar a una Historiología en el sentido de Ortega (como una construcción y no una agregación de hechos). El historiador introduce su paisaje y pondera los hechos según su mirada.
La conclusión, según mi opinión, es que el hombre tiene una constitución abierta al mundo en la que prima el proyecto de futuro y la finalidad y que con un conocimiento del tiempo y espacio y esa constitución abierta proyectada al futuro es con lo que puede generarse una historia del mundo que sea una ciencia de la temporalidad humana.
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Australopitecus

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Genealogía y naturaleza humanas

El homo sapiens comparte algunos rasgos con todos los animales. Los animales con los que compartimos más rasgos son los cordados, vertebrados, tetrápodos, mamíferos, terios, euterios, primates, antropoides y hominoides. Los antepasados de cada uno de estos taxones fueron también los nuestros. Nuestros parientes evolutivos más cercanos son los demás miembros del orden de los primates, especialmente los del suborden de los antropoides. Compartimos los siguientes rasgos con otros primates: manos prensiles, piernas y brazos extremadamente móviles especializados en diferentes funciones, visión estereoscópica y de los colores, una o dos criaturas por parto, embarazos prolongados y un largo periodo de dependencia infantil, intensa vida social, grandes cerebros en relación con el tamaño del cuerpo.
Muchas de estas características reflejan una adaptación, real o ancestral, a un modo de vida arbóreo en hábitats de bosque tropical.
Con los monos del Viejo Mundo también compartimos la fórmula dental cercopitecoide, y con los grandes simios el gran tamaño del cuerpo y un alto grado de inteligencia.
El suborden de los antropoides comprende monos, simios y seres humanos, todos los cuales descienden de un antepasado primate común. Entre los póngidos, los gorilas y los chimpancés son los que más se parecen a los homínidos, según se confirma mediante el análisis de varios test bioquímicos. Al igual que los póngidos, los homínidos probablemente tuvieron un antepasado braquiador que se alimentaba en suspensión, pero que después desarrollaron otros métodos especializados de andar sobre el suelo.
Los homínidos vivientes se distinguen de los póngidos por: pies especializados para andar, mucha destreza en las manos, piernas largas en relación a la longitud del tronco, pelvis en forma de cuenco, curva lumbar, cabeza que se balancea centrada sobre la columna vertebral, cráneo liso, esférico y aumentado, mandíbulas pequeñas, reducción de los caninos, arcada dental parabólica y cara ortognata, las hembras no tienen periodos de receptividad sexual mensuales o periódicos, ni hinchamientos u otras señales sexuales sincronizadas con la ovulación
Sin embargo, los rasgos conductuales más característicos de los homínidos se relacionan con el extraordinario aumento de su dependencia del aprendizaje social, uso de útiles, del lenguaje y de la cultura.

Los primeros homínidos

Aunque los primeros simios y monos del Viejo Mundo aparecieron durante el Oligoceno y tal vez en el Eoceno, no es posible identificar un linaje de homínidos hasta mucho más tarde. A mediados de finales de la época del Mioceno existían tres grupos principales de simios: los driopitecos, los pliopitecos y los sivapitecos. A excepción de estos últimos, que parecen ser los antepasados de los modernos orangutanes, la relación entre estos hominoides, los primeros póngidos y los primeros homínidos no se conoce todavía.
La hibridación del ADN muestra que el orden de ramificación de los antepasados de los simios vivientes del linaje humano partió del gibón seguido después por el orangután; la secuencia con relación al gorila y al chimpancé es menos clara, aunque ambos se bifurcaron mucho más tarde que el orangután.
Los homínidos definidos más antiguos pertenecen al género de los Australopithecus. Se identifican normalmente cuatro especies: afarensis y boisei, que se hallan principalmente en África oriental y el africanus y robustus, que se encuentran principalmente en Sudáfrica. Afarensis es el más antiguo. Boisei y robustus tienen grandes prominencias en la cabeza, fuertes mandíbulas y grandes dientes molares, aunque no eran mucho más latos que el afarensis o el africanus.
Se han propuestos diferentes escenarios hipotéticos que vinculan al afarensis con los demás australopithecus. Parece probable que una variedad de afarensis fue antepasado del homo habilis, el primer miembro del género homo. Todos estos homínidos eran totalmente bípedos, vivían en hábitats de sabana, estaban equipados con grandes molares y caninos relativamente pequeños y probablemente consumían alimentos tanto animales como vegetales. La relativa longitud de los brazos en comparación con las piernas sugiere un proceso de adaptación continua para trepar a los árboles en caso de emergencia. Boisei y robustus pueden haber dependido más de semillas y otros alimentos de plantas duras que requerían mucho desmenuzamiento y trituramiento, para lo que se adaptaron sus grandes molares.
Sobre la base de analogías con el uso de útiles entre los monos y los simios contemporáneos, es probable que tanto los australopithecus como el homo habilis fabricaran y utilizaran algún tipo de útiles.
A partir de analogías con los primates modernos, cabe inferir también que tanto los australopithecus como el homo habilis disponían de tradiciones sociales o culturales. Sin embargo el homo habilis, con el gran desarrollo de su capacidad craneal, probablemente había avanzado más que los otros homínidos hacia modos de subsistencia y de vida social basados en pautas culturales, con la consiguiente disminución de la dependencia de patrones de conducta instintivos o genéticamente programados.
También sobre la base de las analogías con los modernos chimpancés podemos suponer que la mayor dependencia de la cultura surgió primariamente de las ventajas que se obtenían de compartir alimentos, especialmente carne, entre varones y hembras, que condujeron al aprovisionamiento común de los niños por los adultos de ambos sexos.
La mayor diferencia entre los primeros homínidos y sus antencesores hominoides se relaciona con la manera bípeda de caminar y de correr. El bipedismo hizo posible que los homínidos incrementaran su confianza en los instrumentos, que los fabricaran mejor, que transportaran útiles y otros objetos a largas distancias, que pudieran escapar corriendo de los depredadores, y en definitiva que pudieran explorar su hábitat de sabana mas eficazmente que sus ancestros habitantes de los bosques.

Los orígenes del homo sapiens

Erectus, el sucesor del homo habilis, surgió en África hace unos 1,8 millones de años y llegó a habitar gran parte del Viejo Mundo, incluyendo China e Indonesia. En África y Asia occidental el homo erectus se asocia con las culturas del achelense caracterizadas por hachas de mano y otros útiles bifaces. La escasez de instrumentos achelenses en China e Indonesia puede ser una consecuencia de la sustitución de la piedra por el bambú como materia básica en la manufactura de útiles. Hay una considerable evidencia que el erectus fue un eficiente cazador que poseía cierto grado de control sobre el fuego.
El modelo gradualista de la evolución homínida ha sido criticado, ya que el homo erectus perduró a lo largo de casi un millón y medio de años. Un modelo de evolución a saltos parece fijarse en el insignificante crecimiento del volumen cerebral del homo erectus y en el virtual estancamiento de su bagaje de útiles. La duplicación de la capacidad craneal del homo africanus y el homo erectus, seguida después de la ausencia del crecimiento significativo hasta la aparición del sapiens arcaico, sugiere que el tamaño del cerebro del homo erectus puede haber sido seleccionado para una función distinta de un intensificado potencial para la evolución cultural. Una posibilidad es que el tamaño del cerebro aumentara para suministrar redundancias neuronales fiables contra el estrés térmico, capacitando de esta forma al homo erectus para la caza mayor durante el calor diurno. Esta teoría ayuda a explicar la falta de vello espeso en el cuerpo así como la abundancia de glándulas sudoríparas y otros rasgos dispersores del calor en la fisiología humana.
El homo erectus comenzó a ser suplantado por las formas arcaicas primitivas vagamente conocidas del homo sapiens.
En Europa a estas formas arcaicas del homo sapiens siguieron las subespecies más robustas, de mayor tamaño cerebral y adaptadas al frío conocidas como neandertalenses. Rodea una considerable incertidumbre el problema de las aptitudes lingüísticas, cognitivas y culturales de los neandertales.
Según la teoría de un único origen, el proceso de sapienización, con su selección de rasgos más ligeros, dientes mas pequeños, cráneos redondeados y una mayor dependencia de la cultura, se inició en África. Las pruebas aportadas por el ADN mitocondrial apoyan la teoría del origen único. De acuerdo con este punto de vista el moderno homo sapiens se originó en África y emigró a Europa y al resto del Viejo Mundo, reemplazando en todas partes las arcaicas poblaciones locales y regionales preexistentes de homo sapiens.
Se trata de un punto de vista opuesto al sostenido por la teoría del origen múltiple, según la cual las poblaciones regionales de primitivos homo sapiens (incluido el neardental) siguieron un proceso paralelo de sapienización solo que a rítmos ligeramente diferentes.
Un aspecto esencial del debate en torno a los orígenes del moderno homo sapiens estriba en que no existen diferencias significativas entre el bagaje de útiles y otras prácticas culturales del neardental y las del moderno lo que implica que los primeros homo sapiens modernos no estaban mas avanzados que los neandertales en su aptitud para el lenguaje y la cultura humana.
Después del 35.000 a. C. sólo quedó una especie homínida en todo el mundo, nuestra especie, el homo sapiens sapiens.

El Paleolítico del Viejo Mundo

La etapa más larga y antigua de la prehistoria de los homínidos se denomina Paleolítico. Esta etapa se inició hace unos dos millones de años, con las culturas olduvaiense y achelense y se prolongó hasta hace 10.000 años. El modo de producción practicado durante todo este tiempo fue la recogida de desechos, la caza, la recolección y la pesca. No existían animales ni plantas domesticadas, excepción hecha de los perros que aparecieron al final del Paleolítico. Dentro del Paleolítico se distinguen tres etapas, Paleolítico inferior, medio y superior.
Durante la transición del Paleolítico inferior al medio, hace 125.000 años, se empiezan a producir cambios fundamentales en la tecnología de útiles. La innovación mejor conocida es el método del núcleo en forma de tortuga de Levallois para la preparación de útiles sobre lasca. El Paleolítico medio europeo se asocia con los útiles del neardental y del musteriense. En otros lugares se asocia con otras formas arcaicas de homo sapiens, pero en Oriente Medio lo hace también con el sapiens anatómicamente moderno.
Gran parte de la manufactura de útiles durante el Paleolítico medio se basó en la técnica de percusión suave, lasqueado secundario, retoque y tallado. Aparecen también puntas utilizadas para lanzas. Pero son escasas las pruebas acerca del desarrollo de los aspectos simbólicos y estéticos de la cultura. No hay una respuesta concluyente respecto a si los hombres de neandertal enterraban a sus muertos, y se tienen pocas evidencias en cuanto a los adornos personales, el arte o las ideologías complejas.
El Paleolítico superior se inició hace unos 35.000 años con las tradiciones del auriñaciense y el chatelense. Este último fue una mezcla de los tipos de útiles del Paleolítico superior con los del Paleolítico medio musteriense relacionándose con los últimos neandertales. El auriñaciense lo reemplazó al mismo tiempo que el moderno sapiens reemplazaba al neandertal. Esto puede interpretarse en el sentido de que esa mezcla cultural prueba en realidad la existencia de una transición evolutiva del musteriense al auriñaciense y del neandertal al moderno sapiens. Otra interpretación es la de que el sapiens constituía una población intrusiva que traía consigo la cultura auriñaciense, que grupos aislados de neandertales intentaron adoptar antes de abandonar la escena.
El auriñaciense es un periodo que se caracteriza por un gran incremento en la producción de utensilios de marfil, hueso y astas, así como un incremento espectacular de los adornos personales, figuras y pinturas representativas y símbolos tallados, todo lo cual sugiere cambios fundamentales en el nudo de la simbolización.
En las fases siguientes de Paleolítico superior, como el solutrense y el magdaleniense, hojas y otros utensilios de piedra se desarrollaron como una artesanía bella y altamente especializada. Las agujas sugieren el uso de ropas de piel en las latitudes septentrionales. Se inventaron o perfeccionaron arpones, lanzavenablos, anzuelos, arcos y flechas.
El arte rupestre del Paleolítico superior no era sino uno de los elementos presentes en complejas representaciones religioso-teatrales que comprendían música, danzas, máscaras, adornos corporales y objetos rituales.
Durante el Paleolítico superior predominaron considerables variantes regionales. Por ejemplo, en el sur de Rusia las culturas del gravetiense se especializaron en la caza y en la ingesta de carne de mamuts, en la construcción de casas a partir de sus colmilllos y en calentarse prendiendo fuego a sus huesos. En Europa, se dedicaron a la caza mayor a lo largo de las frondosas praderas que se extendían al sur de los glaciares continentales.
Hace unos 10.000 años, la reforestación, ayudada de forma inimaginable por la caza humana, destruyó esta megafauna.
Desde entonces el Mesolítico europeo se caracteriza por culturas que se adaptan a hábitats costeros, fluviales y forestales. El perro fue domesticado para ayudar a cazar en los bosques. Otras muchas invenciones tecnológicas se introdujeron para adaptarse a la explotación de animales y planta en este nuevo ámbito. A pesar de la desaparición del arte rupestre el Mesolítico fue una época de innovación cultural. Tan pronto como los grupos locales acamparon durante periodos de tiempo más largos cerca de recursos renovables como bancos marisqueros o lugares de pesca, se incrementó la densidad de población y se abrieron nuevas oportunidades para la evolución cultural.
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Capacidades comunicativas de los simios y características del lenguaje humano

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El lenguaje y despegue cultural

Hace unos 45.000 años la cultura entró en un periodo de «despegue». Con anterioridad a esta época los cambios culturales y biológicos estaban estrechamente interconectados. Tras el despegue la tasa de evolución cultural se incrementó sin que se produjera una aumento simultáneo en la tasa de evolución biológica. La producción del despegue cultural justifica el punto de vista sostenido por la mayoría de los antropologos de que para comprender los últimos 45.000 años de evolución de la cultura, el énfasis hay que ponerlo en los procesos culturales más que en los procesos biológicos.
Estrechamente vinculada al despegue cultural se halla el desarrollo de la capacidad exclusivamente humana para el lenguaje y para los sistemas de pensamiento asistidos por el lenguaje. Mientras que otros primates utilizan complejos sistemas de señales para facilitar la vida social, los lenguajes humanos son cualitativamente diferentes de todo cualquier otro sistema de comunicación animal. Los rasgos exclusivos que caracterizan a los lenguajes humanos derivaron de los cambios genéticos relacionados con la creciente dependencia por parte de los primeros homínidos de las tradiciones de empleo de útiles, así como de otras actividades sociales que se vieron alentadas por el intercambio y almacenamiento de la información.
Una manera de sintetizar las características especiales del lenguaje humano es decir que hemos alcanzado la «universalidad semántica» (Greenberg). Un sistema de comunicación que posee universalidad semántica puede transmitir información acerca de aspectos, dominios, propiedades, lugares o acontecimientos del pasado, del presente o del futuro, tanto reales como posibles, verdaderos o imaginarios, cercanos o lejanos.

Los simios y el lenguaje

En los últimos años una serie de experimentos ha mostrado que las diferencias entre las capacidades de simbolización y gramática de los hombres y de los simios no son tan grandes como se creía anteriormente No obstante, también se ha puesto en evidencia que factores innatos propios de la especie impiden que la distancia entre unos y otros desaparezca completamente. Se han llevado a cabo muchos intentos para enseñar a los chimpancés a hablar en la forma humana, pero el conducto vocal de los simios no permite anatómicamente la producción de algunos sonidos necesarios para el habla humana, por lo que la atención se ha desplazado a tratar de enseñarles lenguajes de signos y a leer y escribir. Un logro notable de los estudios mas recientes es que demuestran que los chimpancés que manejan signos pueden transmitir sus habilidades con ellos a los chimpancés que no los manejan como si se tratase de una tradición cultural, sin ayuda de la mediación humana.

Los fonemas

El lenguaje primario de los humanos está formado por sonidos. Los sonidos que los hablantes nativos perciben como distintos —es decir, que contrastan con otros sonidos de su misma lengua— son llamados fonemas. Los fonemas aislados carecen de significado, pero cuando se combinan en secuencias prescritas transmiten un significado definido.
El número más pequeño de fonemas que se conoce en una lengua natural es de trece en el hawaiano. El inglés tiene entre 35 y 40.

Sistemas fonémicos

Los fonemas consisten en sonidos llamados fonos. A fin de transmitir información de manera eficaz los sonidos de una lengua han de ser claramente distinguibles o contrastantes unos con otros. Pero todos los sonidos comparten algunos elementos. Por consiguiente, dos fonos no contrastan de modo natural entre sí. Si podemos distinguir un fonema de otro, solo es porque como parlantes nativos hemos aprendido a aceptar y a reconocer ciertos fonos, pero no otros como contrastantes. Por ejemplo, los hablantes del inglés automáticamente consideran la [t] en «ten» y la [d] en «den» como sonidos contrastantes. Sin embargo, estos dos sonidos comparten en realidad muchos rasgos acústicos fonéticos en común. Es la cultura, no la naturaleza, la que los hace significativamente diferentes.
Según los órganos que intervienen en la fonación (emisión del lenguaje por medio del sonido), se pueden clasificar los fonemas o sonidos de cuatro formas:
  1. Por el modo de articulación: según la posición que adopten los órganos de la fonación (aparato respiratorio, laríngeo y cavidad bucal); 
  2. Por el lugar de articulación de la cavidad bucal; 
  3. Por la acción de las cuerdas vocales; 
  4. Por la acción del velo del paladar.
Los sonidos alófonos son las variantes en la pronunciación de un mismo fonema según su posición en la sílaba o según el carácter de los fonemas vecinos. Así, son alófonos del fonema b, la [b] oclusiva de «tumba» y la [β] fricativa de «tubo».

Los morfemas

Las unidades más pequeñas de la lengua que tienen un significado definido se denominan morfemas. Cada morfema designa una clase de unidades básicas, como los fonemas. En este caso, los constituyentes de la clase se denominan morfos. Los alomorfos son las variantes formales que presenta un mismo morfema según el entorno de su realización.
Así, «s» es alomorfo de morfema plural en hombre / hombres; «es» es alomorfo de morfema plural en mujer / mujeres; [¸] (grado cero) es alomorfo de morfema plural en crisis / crisis.

Gramática: morfología

La gramática posee dos aspectos: las reglas para combinar los fonemas en morfemas (morfología) y las reglas para combinar morfemas en palabras y en oraciones (sintaxis).

Gramática: sintaxis

La sintaxis es un conjunto de conocimientos inconscientes sobre las reglas de una lengua, de forma que permite hacerse comprender y también reconocer las frases mal construidas. Así, un pastor analfabeto, aunque no haya estudiado el sistema gramatical de la lengua, puede ser competente en su lengua, y puede corregir las palabras y frases mal construidas de un niño o de un extranjero que no conozca bien la lengua del pastor.

La estructura profunda

La estructura superficial es la ordenación explícita de los elementos oracionales que presentan así una interpretación fonológica o gráfica, es decir, la forma directamente observable en una oración. Puede ofrecer dudas respecto a su significado, es decir, presentar ambigüedad por ser interpretable de dos o más maneras distintas.
Así, «Ayer se celebró la elección del presidente», puede querer decir en lo relativo a «Ayer se celebró» que «Ayer hubo una fiesta por la elección del presidente» o «Ayer se produjo la elección del presidente»; y en lo relativo a «la elección del presidente» que «Se ha elegido presidente» o «El presidente ha elegido algo». Hay, por tanto, hasta cuatro estructuras profundas que se han confundido en una única estructura superficial ambigua.
La estructura profunda es el tipo de estructura que subyace a toda manifestación explícita de la oración y en la que se halla la verdadera, real y exacta interpretación semántica: «Ayer hubo una fiesta para celebrar que el presidente había sido elegido».
Para algunos lingüistas, como Chomsky, todas las lenguas comparten una estructura innata específica. Ello explicaría que los niños aprendan a hablar a edad temprana y la traducibilidad o posibilidad de traslación automática de la carga semántica de un texto de una lengua a otra. Para otros lingüistas, sin embargo, es dudoso que exista una gramática innata; atribuyen las habilidades del lenguaje de los niños a meros procesos de aprendizaje. La traducibilidad sería ligeramente aproximativa, pues cada lengua comporta una forma de pensar y sentir, y ello es difícilmente trasladable de una lengua a otra.

¿Hay lenguajes superiores e inferiores?

Los lingüistas del siglo XIX disponían las lenguas en orden jerárquico. A la cabeza situaban al latín y, a continuación, al griego clásico. Posteriormente, lingüistas de orientación antropológica, como Boas y Sapir, demostraron que no hay lenguas superiores e inferiores, ni gramáticas «más civilizadas» que otras. Las reglas gramaticales están, en todas las lenguas, adaptadas a sistemas simples y complejos, y en todos los pueblos, sea cual sea su nivel de desarrollo político y tecnológico. Se ha pretendido que un lenguaje es más primitivo que otro a través de diferencias lingüísticas como los términos generales (ausencia de palabras genéricas para designar a la totalidad de las cosas de la misma especie. Así, los tupi brasileños serían lingüísticamente inferiores por no existir genéricamente el término «loro» en su lengua, aunque empleen un término distinto para cada tipo de esa ave), o los términos específicos (ausencia de términos diferenciadores para distinguir y caracterizar las distintas realidades. Así, hay lenguas que no poseen los numerales superiores a cinco y emplean en su lugar: mucho).
Al proceder así, no se tiene en cuenta que el grado de generalidad o de especificidad va ligado a la necesidad cultural definida de generalizar o de especificar; y no a la capacidad lingüística de transmitir mensajes sobre fenómenos generales o específicos. Así, un indio brasileño no necesita asignar términos «científicos» a las aves para distinguirlas a unas de otras, pero le es imprescindible para comunicarse el distinguir entre las de la misma familia, pues comercia con sus plumas y cada tipo de ave es valorado por su plumaje. Muchos de los habitantes de una gran ciudad actual hablan de árboles, esto es, en términos generales, no solo por ignorancia, sino porque las cualidades específicas de cada uno de ellos les ofrecen poco valor práctico; en cambio, un campesino designa con términos específicos a cada tipo de árbol.
En resumen, la productividad semántica es infinita en todas las lenguas. Nunca ha existido una cultura que no encontrara palabras pare expresarse: o las ha creado (neologismos) o las ha tomado de otras lenguas (préstamos lingüísticos).

Lenguaje, clase social y etnicidad

Otra forma en la que se manifiesta la pretensión de superioridad lingüística está asociada a las variaciones dialectales características de las sociedades estratificadas. Estas afirmaciones no tienen ninguna base en la ciencia lingüística, salvo que se admita que todas las lenguas contemporáneas son versiones corruptas y subestándar de las lenguas más primitivas.
Educadores no sospechosos de racistas han afirmado que los niños de las clases bajas y de los guetos se crían en un medio ambiente lingüísticamente pobre. Estudios sobre los guetos del norte de EE.UU., sin embargo, han demostrado que esta creencia refleja los prejuicios étnicos de profesores e investigadores de clase media, y no un déficit en la estructura gramatical o en la lógica dialectal.
Es cierto que el inglés vulgar de los negros (como el de los blancos), contiene algunas formas inaceptables con respecto al inglés «oficial», pero en modo alguno impide la expresión de pensamientos complejos en pautas concisas y lógicamente coherentes.

Lenguaje, pensamiento y causalidad

Una pregunta que ha sido investigada por los lingüistas durante muchos años es el grado en que diferentes gramáticas y categorías de palabras producen modos de enseñar habitualmente incompatibles entre pueblos que pertenecen a diferentes comunidades ligüísticas. Edward Sapir, gran lingüista y antropólogo estadounidense, y su discípulo Whorf heredan a través de Boas la tradición del pensamiento europeo de Herder y Von Humboldt. Estos últimos compartieron la idea de la diversidad cultural y lingüística, los principios del idealismo romántico y fueron hostiles al clasicismo, al innatismo, al universalismo y al intelectualismo excesivo de la Ilustración, aunque no llegaron a negar la existencia de los universales lingüísticos y culturales.
Herder estimó que lengua y pensamiento son inseparables y que han evolucionado conjuntamente. En la medida en que las lenguas nacionales difieren en estructura gramatical y vocabulario, reflejan y determinan unos esquemas nacionales de pensamiento. Humboldt subrayó la existencia de estos universales y concibió la diversidad de estructuras de las lenguas como el resultado de una facultad universalmente operativa y específicamente humana de la mente. La lengua se origina en los pueblos como una emanación generatriz del espíritu por lo que conforma cultura y pensamiento al tiempo que a su vez es conformada por estos. Por ello, cada lengua tiene una forma interior característica que suministra una visión del mundo también característica. Su pensamiento hizo que Chomsky le considerara como el creador del generativismo y del concepto de «creatividad».
Según Sapir y Whorf la estructura de las distintas lenguas condiciona o determina los modos del pensamiento y demás hechos psíquicos (como la percepción y la memoria) de sus hablantes y el modo en que conciben el mundo. Si dos sistemas lingüísticos tienen gramáticas y vocabularios radicalmente distintos, sus respectivos hablantes viven en mundos conceptuales totalmente diferentes. Por ello, categorías abstractas, como «espacio» o «tiempo», se experimentan de diferente manera, pues, en definitiva, el lenguaje es la expresión del pensamiento y, además, el mismo pensamiento está en una lengua dada: se «piensa» en español, o en inglés, o en italiano, etc.
Los psicólogos conocen desde hace mucho tiempo que memoria y percepción se ven afectadas por la disponibilidad de palabras y expresiones adecuadas.
  1. Las personas recuerdan mejor las cosas y fenómenos susceptibles de codificarse en palabras y expresiones que los recuerdos visuales, pues estos se van deformando progresivamente. Dentro de la codificación lingüística existen grados: es más fácilmente codificable la denotación de «tío» que la denotación de «hermano del padre o de la madre».
  2. Hay cosas más codificables en una lengua que en otra. Así, en la lengua esquimal no existe una palabra única para «nieve», sino muchas para cada distinto tipo de nieve. Esto es así, porque va ligado a una necesidad cultural de especificar (de generalizar en otros casos) por la gran importancia que ello tiene en la vida cotidiana.
  3. Respecto a los conceptos abstractos, por ejemplo, la dimensión temporal, Whorf indica que en inglés puede expresarse gramaticalmente delimitando verbalmente el pasado, pre-sente y futuro. En otras lenguas, como la de la tribu de los hopi (Brasil), su gramática solo les permite distinguir entre acontecimientos ya sucedidos y acontecimientos todavía sin suceder. Ello no significa que un hopi no pueda indicar cuando ha sucedido un hecho, pero el inglés hace más fácil precisar y medir el tiempo. Algunos lingüistas han replicado que el futuro en inglés no existe; pues una situación no pasada ni actual puede indicarse en esa lengua solamente de dos formas: o utilizando el presente «a las 7 voy (por iré) al cine», o utilizando una forma auxiliar (will o shall). Luego, específicamente, el futuro en inglés como forma verbal no existe.
Además, Whorf no parece tener en cuenta en algunas ocasiones las relaciones causales entre lengua y cultura.
Sociedades sin calendarios ni relojes, no pueden tener una concepción tan exacta sobre el tiempo y, por tanto, su reflejo en la gramática de su lengua y en su forma de pensar, que sociedades que los emplean desde hace siglos. De igual forma, y respecto a la cantidad, la falta de numerales superiores al cuatro en algunas lenguas australianas parecería indicar cierta incapacidad conceptual y operativa.
Pero la experiencia demuestra que cuando los aborígenes australianos aprenden inglés como segunda lengua, utilizan y realizan operaciones con los numerales con idéntica facilidad que cualquier hablante medio de inglés.
La misma situación se da con los colores; la inexistencia de palabras en algunas lenguas que distingan el matiz cromático que denota «rojo» respecto a «naranja», no indica que la percepción visual no permita distinguir la diferencia entre el color de un tomate o de una naranja.
Por lo tanto, psicólogos, lingüistas y filósofos apoyándose en la experimentación admiten que la lengua ejerce influencia sobre algunas categorías mentales (como el pensamiento, la percepción o la memoria), pero niegan que la lengua determine radicalmente las categorías o pautas mentales.
Los hablantes de las distintas lenguas tienen un mismo conceptualmente básico esquema o visión del mundo; al menos en lo referente a los conceptos más abstractos y profundos como: materia, espacio, tiempo, número, etc. Ello no supone que los hablantes de distintas lenguas tengan la misma visión del mundo respecto a conceptos menos básicos y que dependen del conocimiento teórico y práctico, socialmente transmitido y que varían conceptualmente de una cultura a otra como: «honradez», «pecado», «honor», etc.

Categorías de color

La teoría de Whorf por la cual quienes hablan lenguas diferentes contemplan el mundo de maneras fundamentalmente diferentes ha sido puesta a prueba en el ámbito de las categorías de color. Algunas lenguas poseen términos específicos sólo para contrastes de luminosidad, como los que designan negro y blanco, mientras que otras poseen hasta una docena de términos para designar los colores básicos. Estas diferencias mostrarían una forma de percibir el color muy relativista o muy específica para cada cultura. Sin embargo, se ha comprobado abundantemente que las personas tienden a apreciar las mismas secuencias del espectro cromático, independientemente de la riqueza que posea su idioma a la hora de expresarlo.

Sexismo obligatorio

Las lenguas difieren en que poseen ciertas categorías obligatorias estructuradas en sus reglas gramaticales. Estas categorías obligatorias con toda probabilidad no son indicativas de ninguna propensión psicológica activa a estar obsesionados con los números, el sexo o la situación de las personas o las cosas. Sin embargo, no debería concluirse por ello que las convenciones gramaticales son siempre intrascendentes.

El cambio lingüístico

El lenguaje, como todos los demás aspectos de la cultura, evoluciona y se degrada constantemente, experimenta cambios debido a variaciones fonológicas, morfémicas, gramaticales y semánticas; cambian no sus planos, sino sus estructuras. Los dialectos (o variantes regionales de una lengua) y aislamiento geográfico, explican, en gran medida, la diversidad de lenguas. Toda lengua procede de una lengua madre o tronco común. Así, las lenguas europeas proceden de la lengua indoeuropea.
El paso del tiempo (la «corrupción»), los préstamos lingüísticos y los neologismos también explican los cambios que experimenta una misma lengua, Así, compárese la lengua castellana del Mío Cid con la actual.
La glotocronología es una técnica de investigación lingüística ideada por el estadounidense Morris Swadesh en 1950. Se utiliza para datar el grado de separación entre lenguas de un mismo tronco común. Se basa en el supuesto de que debido a los préstamos y cambios lingüísticos, alrededor del 14% de las palabras más básicas de una lengua son sustituidas cada mil años.
Coseriu, lingüista alemán de origen rumano, ha criticado repetidamente la glotocronología a partir del testimonio de las lenguas románicas.

Lenguaje y conciencia

El estudio del cambio del lenguaje, así como el de otros aspectos de la lingüística, pone de manifiesto la importancia de los factores inconscientes de la vida sociocultural. Aunque la universalidad semántica constituye un gran don genuinamente humano, no por ello nos otorga automáticamente la plena conciencia no la verdadera libertad de pensamiento. Para ser plenamente conscientes debemos esforzarnos por comprender como controla la cultura cuanto hacemos y pensamos.
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El sedentarismo

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El término Neolítico significa literalmente «edad de piedra nueva». Cuando se introdujo por primera vez en el siglo XIX, otorgaba reconocimiento a la aparición de instrumentos líticos que habían sido preparados mediante técnicas abrasivas y de pulimentado. Hoy en día, el término se utiliza para designar no los nuevos métodos de trabajar la piedra, sino los nuevos métodos de producción de alimentos. Durante el Neolítico se logró un mayor control de la reproducción de plantas y animales gracias al desarrollo de la agricultura y de la ganadería. Esto a su vez sentó las bases materiales para el surgimiento de densos asentamientos sedentarios y gran crecimiento demográfico.
La domesticación implica una compleja relación simbiótica entre poblaciones humanas, los domesticadores; y ciertas plantas y animales favorecidos, los domesticados. Los domesticadores destruyen la fauna y flora indeseables, ajustan la provisión de espacio, agua, luz solar y nutrientes, e intervienen en la actividad reproductora de las especies domesticadas. La domesticación entraña normalmente cambios genéticos.
La domesticación de las plantas es un proceso de cambio genético que comienza con el cultivo, la plantación y cosecha de variedades silvestres de semillas y tubérculos. Análogamente, la domesticación de animales constituye un proceso que comienza con la cría de animales, encerrándolos en corrales, apriscándolos u ordeñando animales salvajes, y que finaliza con variedades domadas genéticamente modificadas. Resulta relativamente fácil de identificar las especies de temprana domesticación en el registro arqueológico debido a los cambios en la forma, el tamaño o en otras características de las semillas o los huesos; pero los inicios de la domesticación de animales y del cultivo de plantas son menos claros.
Además de la transición al Neolítico en Oriente Medio, parece probable que análogas transiciones tuvieron lugar de forma independiente en China y en el sudeste de Asia. Sin embargo las pruebas no son todavía concluyentes como para descartar que estas u otras organizaciones cruzaran el umbral del Neolítico al mismo tiempo que en el Oriente Medio.
La transición en el Oriente Medio fue precedida por una amplia extensión de la economía de caza y recolección parangonable con la del Mesolítico europeo occidental, a excepción de la importancia creciente de los cereales silvestres. Este tipo de cereales posibilitó la vida sedentaria en las aldeas unos 2.000 años antes de que animales y plantas fueran domesticados. Los cambios climáticos que condujeron a la prolongación de veranos secos seleccionaron en favor de las hierbas anuales. La dependencia de estas hierbas —predecesoras del trigo y la cebada— estimuló el sedentarismo. El cultivo de cereales silvestres y la domesticación de los animales salvajes atraídos por éstos surgió gradualmente de la vida en asentamientos.
La conclusión de la transición a la labranza y aumento de stocks trajo consigo una mayor producción per capita de proteínas y de carbohidratos, mitigando las crisis alimentarias asociadas con el periodo de caza y recolección. Sin embargo, una de las consecuencias de la vida sedentaria es que reduce el peso que representaba para las mujeres transportar a los niños y recién nacidos a largas distancias, permitiendo reducir en consecuencia el intervalo entre nacimientos. Este condujo a un aumento de la población, con lo que se incrementó la densidad de los asentamientos humanos y presionó en favor de la expansión de las poblaciones del Neolítico de Oriente Medio hacia regiones deficitarias en lluvia y otros recursos naturales. Estas deficiencias se superaron mediante la agricultura de regadío y el comercio. Con la densidad de población aumentando, la competencia por las tierras de regadío y los bienes comerciales incrementó la incidencia de la guerra y condujo a la emergencia de jefaturas. El ulterior crecimiento de la población, la necesidad de organizar los trabajos de regadío, de controlar el comercio y coordinar las actividades militares y policiales dieron lugar al nacimiento de incipientes burocracias y a la división de la sociedad en gobernantes y gobernados.
El complejo Neolítico se extendió desde el sudeste al noroeste europeo durante el periodo comprendido entre el 8.000 y el 6.000 a. de C. Tanto la invención independiente como la difusión fueron responsables de este proceso. La difusión incluyó migraciones de pobladores del Neolítico, pero también el traspaso de rasgos neolíticos de un grupo a otro.
En China, las especies domesticadas más antiguas eran el mijo y el cerdo. Esto sugiere un origen independiente de la transición en el este de Asia del Paleolítico Superior al Neolítico y del posterior desarrollo de ciudades y estados. Otro centro independiente de domesticación, incluyendo el arroz y los búfalos fluviales, pudo haberse desarrollado en la cuenca del bajo Yantse, cerca de la costa de China meridional.
Es posible que en el sudeste asiático se produjera también una transición independiente al Neolítico basada en el cultivo de tubérculos, legumbres y arroz. La caza y la recolección de amplio espectro incluyendo muchos predecesores silvestres de cereales domesticados se practicó en el noroeste de Tailandia en fecha tan lejana como el 11.500 a. de C.
No obstante, testimonios arqueológicos más antiguos de arroz domesticado se encontraron en las proximidades de la costa del sur de Tailandia. Parece probable que la transición al Neolítico en el sur de China y en sudeste de Asia, fue al igual que en Oriente Medio, una respuesta a la crisis alimentaria provocada por un cambio ambiental en este caso, la inundación de la mitad de la región debida al crecimiento del mar que siguió al fin de la última era glacial.
En África las pruebas más antiguas de la transición a la agricultura y del aumento de los almacenamientos provienen de las áridas tierras que bordean el valle del Nilo. Las pruebas de la existencia en el valle de estos poblados neolíticos a gran escala probablemente yacen enterradas bajo las tierras depositadas por las crecidas del Nilo. Pero el conjunto del Neolítico se extendió lentamente a otras partes de África.
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Tipos de familia

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La esfera doméstica de la cultura

En la institución doméstico-familiar tienen lugar gran parte de todas las creencias y actividades de todas las culturas. El centro de la vida cotidiana es una vivienda, abrigo, residencia, choza, domicilio, etc., en el que se realizan actos recurrentes de carácter universal: preparación y consumo de alimentos, aseo, crianza y educación de la prole, dormir y relaciones sexuales. Aunque no en todas las culturas estas actividades se realizan exclusivamente dentro del hogar.

La familia nuclear

Se discute si hay un grupo de personas que esté presente en todos los marcos domésticos. La mayoría de los antropólogos creen que sí y lo denominan familia nuclear: marido, esposa e hijos. Tras hallar la familia nuclear en 250 sociedades Murdock sacó la conclusión de que era universal. De acuerdo con Murdock, la familia nuclear cumple funciones vitales que otros grupos no pueden llevar a cabo tan eficazmente. Las funciones identificadas por Murdock son:
  • Sexo: la familia nuclear satisface las necesidades sexuales y reduce la fuerza perturbadora de la competencia sexual.
  • Reproducción: la familia nuclear garantiza la protección de la mujer durante su embarazo, y durante el tiempo de lactancia.
  • Educación: la familia nuclear es esencial para la endoculturación, solo el hombre y la mujer adultos que residen juntos poseen conocimientos adecuados para la endoculturación de los niños de ambos sexos.
  • Subsitencia: dadas las especialidades conductuales impuestas a la hembra por su papel reproductor y las diferencias anatómicas fisiológicas entre hombres y mujeres, la división sexual del trabajo hace más eficiente la subsitencia.
Es importante investigar con detalle la validez de estas afirmaciones. El hecho de que frente a la familia existan otras alternativas, como se verá a continuación, y de que sus funciones también puedan desempeñarse fuera del entorno familiar, no disminuye la universalidad de esta institución.

La poligamia y familia nuclear

La poligamia, o matrimonio plural, se da en el 90% de todas las culturas. La fórmula padre-madre-hijos sigue teniendo valor funcional cuando el padre o la madre están casados y conviven simultáneamente con otro cónyuge. Por tanto, la familia nuclear sigue existiendo aunque hombre o mujer pertenezcan al mismo tiempo a más de una familia nuclear.
La forma llamada poliginia, es la unión matrimonial simultánea de un hombre con varias mujeres. Se da principalmente entre pueblos agricultores, pueblos-nómadas patriarcales y pueblos indígenas americanos. Entre los musulmanes está en trance de desaparición. Su finalidad es repartir el peso del trabajo doméstico (lactancia, cuidar la casa, limpiar, ir a recoger agua, cocinar, cuidar a los hijos,...) e incrementar el output doméstico.
La forma llamada poliandria, es la unión matrimonial simultánea de una mujer con varios hombres. Es mucho menos común que la poliginia y se da cuando la población femenina es escasa y en economías que deben limitar el número de hijos ante condiciones naturales adversas. Un ejemplo clásico es el Tíbet.

Familia extensa

Es el grupo doméstico domiciliario de dos o más familias nucleares integrado por germanos (hermanos de un mismo padre y una misma madre) y sus cónyuges e hijos, e incluyendo, a veces, también a los padres e hijos casados.
La mayor parte de las culturas contemporáneas realiza sus rutinas domésticas en alguna modalidad de este tipo de familia: los bathonga (Mozambique), los barotse (Zambia), China, India, las sectas agrícolas comunitarias de EE.UU.,...
Su fin es formar sociedades económicas y laborales para organizar más eficientemente la subsistencia por medio de agricultura y ganadería intensivas, y repartirse las labores domésticas. El matrimonio se realiza, pues, en el contexto de los intereses de la familia extensa para establecer «alianzas» con otros grupos.

Grupos domésticos monoparentales

Millones de niños de todo el mundo se crían en grupos domésticos en los que solo están presentes uno de sus padres. La forma más frecuente de instituciones domésticas no nucleares con un sólo progenitor es la matrifocalidad. La matriafocalidad es la unidad doméstica no nuclear en la que la madre está presente y el padre ausente (por separación, muerte, negativa o imposibilidad de convivir o de casarse). La familia se compone, pues, de madre e hijos, que pueden ser de distintos padres. En caso de presencia masculina, es la madre la que domina y gobierna la unidad doméstica. Se ha asociado a mujeres muy ricas o muy pobres, a prostitutas y a madres solteras.
Se la ha calificado de aberrante o patológica, cuando solo es, en muchas ocasiones, producto de la pobreza o del abandono de la mujer por el varón. Se olvida, además, que como en tantos otros ámbitos, en las instituciones domésticas no existe una pauta más «natural» que otra.
La matrifocalidad está extendida por el Caribe, N.E. del Brasil, Centroamérica, en los ghettos de negros y puertorriqueños de EE.UU. y entre madres prostitutas y madres solteras.

¿Que es el matrimonio?

El concepto de «matrimonio» es una parte fundamental en la definición de las familias nucleares, polígamas y extensas y de otras formas de organización doméstica. Kathleen Gough afirma que:
  1. El matrimonio es una relación establecida entre una mujer y una o más personas.
  2. Esta relación asegura que a un hijo nacido de esa mujer se le otorguen los plenos derechos por nacimiento que sean comunes a los miembros normales de su sociedad, siempre que
  3. El niño sea concebido y nazca bajo determinadas circunstancias aprobadas (no prohibidas).
¿Qué razones puede haber para definir el matrimonio como una relación entre una mujer y «personas» en vez de entre «mujeres y hombres»? La respuesta es que en varias culturas africanas, como los dahomey de África occidental, las mujeres «se casan» con mujeres.
Entre los kwakiutl, un hombre que desea adquirir los privilegios asociados a un determinado jefe puede «casarse» con el heredero varón de jefe.
En las culturas europeas y americanas contemporáneas, también se califica a menudo de matrimonio las relaciones estables entre varones o mujeres homosexuales que residen juntos.

La legitimidad

La esencia de la relación marital reside en esa parte de la definición de Gough que trata de la asignación de «derechos de nacimiento» a los hijos.
Es verdad que en todas partes se procura disuadir a las mujeres de que intenten criar o disponer de sus hijos recién nacidos según su propio antojo, pero muchas sociedades disponen de varios conjuntos diferentes de reglas que definen modos permisibles de concebir y criar.
A la mayor parte de los pueblos del mundo no les preocupa tanto la cuestión de la legitimidad del hijo como la cuestión de quién tendrá el derecho de controlar su destino. Ninguna sociedad garantiza a las mujeres total libertad de concepción, pero las restricciones impuestas a la maternidad y las ocasiones para el castigo y la desaprobación varían enormemente.
En los países industriales actuales las bases legales y morales de discriminación contra las madres solteras y sus hijos están dejando paso a una creciente aceptación del derecho de las mujeres a controlar su destino reproductivo al margen de que estén o no casadas.

El matrimonio en las familias extensas

En las familias extensas, debemos examinar el matrimonio principalmente en el contexto de intereses de grupos. Los individuos sirven a los intereses de la familia extensa. En muchas sociedades, la naturaleza corporativa del matrimonio se pone de manifiesto en intercambio de personal o de bienes valiosos entre los respectivos grupos domésticos en que han nacido el novio y la novia. Señalaremos algunas de esas transacciones:
  • Intercambio de hermanas: donación recíproca de hermanas del novio para compensar la pérdida de una mujer de cada familia; así, cada varón se casa con la hermana (o hermanas) del otro varón.
  • Precio del novio: trabajo que el novio realiza para la familia de la novia; a cambio, la familia de la novia compensa a la familia de aquel por la pérdida de sus capacidades productivas. Solo se conoce un caso bien documentado: entre los nagovisi de las Islas Salomón (Nueva Guinea).
  • Precio de la novia: donación de objetos, ganado o dinero, que efectúan los padres (o parientes) del novio a los padres (o parientes) de la novia, como compensación por la pérdida de su hija.
  • Servicio de la novia o servicio de pretendiente, cuando el pago del precio de la novia se realiza en trabajo. De esa forma, el marido compensa a los parientes por la pérdida de la mujer, trabajando para ellos durante varios meses o años, antes de llevar a la novia a vivir y trabajar con él y con su familia extensa.
Todos estos casos se dan donde la producción es intensiva, con abundante tierra o caza y abundantes recursos que requieren gran mano de obra y el trabajo adicional de mujeres e hijos.

La dote

Cuando la producción y los medios son escasos y la esposa resulta una carga, es la familia del novio la que recibe bienes de la familia de la novia, este pago se llama dote.
Lo contrario del precio de la novia no es la dote sino el precio del novio, en el que el novio va a vivir y a trabajar con la familia de la novia, compensando ésta a la familia del novio por la pérdida de sus capacidades productivas y reproductoras. Esta forma de compensación matrimonial es extremadamente rara.

Los grupos domésticos y la evitación del incesto

El matrimonio entre miembros del mismo grupo doméstico está ampliamente prohibido. Los miembros del grupo doméstico deben «casarse fuera» (exogamia), no pueden «casarse dentro» (endogamia). Ciertas modalidades de endogamia están prohibidas universalmente. Ninguna cultura tolera los matrimonios entre padre e hija o entre madre e hijo o entre hermanos. Desde la perspectiva emic de la civilización occidental, las relaciones sexuales y el matrimonio entre hermanos, padre-hija y madre-hijo se llaman incesto.
¿Por que están tan ampliamente prohibidas estas relaciones sexuales y estos matrimonios?

Instinto

Westermark defiende que existe una tendencia innata entre los miembros de sexo opuesto a encontrar a los otros sexualmente sin interés si han sido educados en íntima proximidad física durante la primera infancia y la niñez.
Tras la teoría de Westermark y de otras explicaciones genéticas del rechazo al incesto se halla la suposición de que cruzamientos muy próximos dan lugar a una probabilidad muy alta de que los individuos portadores de genes defectuosos se apareen entre sí y den lugar al nacimiento de hijos que sufran condiciones patológicas que disminuyan su tasa de reproducción. Otro argumento sostiene que, simplemente mediante la disminución del monto de la diversidad genética de una población, el cruzamiento podría tener un efecto adverso sobre la capacidad de ésta para adaptarse a nuevas enfermedades o a nuevas amenazas medioambientales.
Si la endogamia se practica en pequeñas sociedades preagrícolas, en las que esa práctica lleva a una eliminación gradual de los genes recesivos perjudiciales porque esas sociedades tienen muy poca tolerancia con los recién nacidos y los niños congénitamente incapacitados o con defectos de nacimiento. La ausencia de apoyo a esos niños elimina las variaciones genéticas perjudiciales para las generaciones futuras y da lugar a poblaciones que llevan una «carga» mucho más pequeña de variantes de genes perjudiciales que las poblaciones modernas.

Adopta una hija, cásate con una hermana

El sistema taiwanés de «adoptar una hija; casarse con una hermana» ha demostrado que estos matrimonios, en los que el marido y la esposa se crían juntos en cuartos muy próximos, tienen menos hijos, más adulterios y unas tasas de divorcio mayores que las de los matrimonios normales, en los que los futuros esposos crecen en hogares separados.

El efecto Westermark en los kibutz

Para confirmar la teoría de Westermark se refiere a la supuesta falta de interés sexual desarrollada por chicos y chicas que asistían a las mismas clases desde el jardín de infancia hasta la edad de seis años en los kibutz (comunidades cooperativas israelíes). Supuestamente, la falta de interés de estos chicos y chicas era tan intensa que ni uno sólo de los matrimonios contraídos por personas educadas en el kibutz lo fue entre quienes habían sido criados juntos desde que nacieron hasta alcanzar la edad de los seis años.
La afirmación de que existe una aversión sexual instintiva dentro de la familia nuclear se ve también contradicha por la evidencia de la fuerte atracción sexual entre padre e hija y entre madre e hijo. El psicoanálisis freudiano indica que hijos y padres de sexo opuesto experimentan un fuerte deseo de tener encuentros sexuales entre ellos.

Ventajas sociales y culturales de la exogamia

Las ventajas que proporciona el evitar el incesto, es decir, la exogamia, son:
  • Potencial reproductivo: un grupo tribal compuesto por 20 o 30 personas, podría extinguirse si, por ejemplo, hubiera abundancia de nacimientos masculinos y fallecimiento de mujeres adultas.
  • Potencial productivo: Las sociedades organizadas en pequeñas bandas nómadas necesitan de intercambios matrimoniales para establecer redes parentales a lo largo de grandes distancias y poder subsistir. En las sociedades campesinas y de cazadores, la exogamia incrementa la fuerza productiva al permitir la explotación de recursos en áreas más vastas que requieren gran cantidad de input de trabajo como siembra, cuidados y recolección y cacerías comunitarias.
Observamos así que los tabúes contra el incesto son, pues, defensa de las relaciones económicas de intercambio recíproco.

Matrimonios preferentes

Los matrimonios preferentes reflejan los fuertes intereses económicos-corporativos de los grupos domésticos. Como se ha visto, la exogamia y la prohibición del incesto proporcionan numerosas ventajas, por lo que hay un gran número de reglas no escritas que protegen y dan preferencia a los matrimonios exógamos:
  • El matrimonio entre primos cruzados: relaciones de reciprocidad en los intercambios y el aumento de lazos familiares entre miembros colaterales, que irán haciendo a la familia más extensa, explican su existencia.
  • El connubio (matrimonio) circular: sistema matrimonial preferente en el que un círculo de grupos domésticos establecen alianzas matrimoniales intercambiando esposas en una o más direcciones, que alternan en cada generación.
  • Sororato: sistema matrimonial preferente por el que un viudo se casa con la hermana (menor) o hermanas de su mujer fallecida.
  • Levirato: sistema matrimonial preferente por el que una viuda se casa con el hermano de su marido fallecido.

Los valores y la familia matrifocal

Los principales rasgos estructurales de la matrifocalidad son los siguientes:
  • Unidad doméstica formada por la madre y sus hijos con varios hombres diferentes.
  • Los padres proveen manutención sólo parcial y temporal.
  • Diferencias emic y etic de las relaciones de los varones con la mujer.
El informe Moynihan (1965) indica que la matrifocalidad es una de las principales causas de la perpetuación de la pobreza de los negros de EE.UU.
La familia matrifocal en EE.UU., como todas las instituciones domésticas, representa un ajuste a ciertas condiciones que están más allá del control de sus miembros. Las condiciones en cuestión son:
  • Ni hombres ni mujeres poseen propiedades importantes.
  • Hay trabajos asalariados asequibles a ambos.
  • Las mujeres ganan tanto o más que los varones.
  • Los salarios de los varones no pueden mantener una esposa e hijos dependientes.
Las políticas oficiales del gobierno de EE.UU. fomentan la formación de familias matrifocales, ya que este tipo de estructuras domésticas son más favorables a la obtención de las ayudas gubernamentales.

Los Flats

El estudio de los Flats (Carol Stack, 1974), un gueto negro de una ciudad del Medio Oeste en EE.UU., nos brinda una vívida descripción de las estrategias adaptativas que siguen las familias negras del nivel de la pobreza al intentar maximizar su seguridad y bienestar, dadas las leyes del AFDC y el salario insuficiente del varón no cualificado:
  • Carencia de familias nucleares.
  • Organización en grandes redes de parientes y vecinos de la mujer.
  • El desempleo y la dificultad masculina de encontrar trabajos seguros.
  • La política de seguridad social desalienta la formación de familias nucleares y fomenta las redes domésticas cooperativas y no corresidenciales.

La familia hiperindustrial y los roles de género

La economía de servicios e información contribuyó a un intenso cambio en la composición por sexos de la fuerza de trabajo en EE.UU.
Se pueden trazar cuatro clases principales de efectos del desplazamiento de la composición de la fuerza de trabajo y el incremento del coste de la crianza de los hijos:
  • Disminución de la tasa de fertilidad.
  • Caída de las tasas de matrimonio.
  • Nuevas formas de estructura familiar.
  • Nuevos roles de género y nuevas formas de sexualidad.

Fertilidad

  • Elevación y caída de la tasa de fertilidad desde 1945 y el leve aumento de la tasa de natalidad bruta por 1000 mujeres desde 1975.
  • Las expresiones ideológicas de la tendencia a la disminución del número de hijos por mujer: el deseo o no de tener hijos y el número esperado de éstos.
  • Tasas de nupcialidad y divorcio.
  • El incremento en el número de divorcios por matrimonios actuales y el incremento de las segundas nupcias y del tiempo de espera antes del primer matrimonio.
  • El matrimonio como tal no es una institución en declive. Lo que está en declive son los matrimonios monógamos que duran hasta la muerte de uno de los cónyuges.

Estructura familiar

  • El gran incremento en grupos domésticos matrifocales desde 1960: más frecuente en los negros, pero en rápido crecimiento también en los blancos.
  • Vínculos, responsabilidades y conflictos entre padres, padrastros, hermanos, hermanastros, hijos naturales y adoptivos.

Nuevos roles sexuales nuevas formas de sexualidad

  • Incremento en la aceptación de las relaciones pre- y extramaritales, en el número de parejas no casadas declaradas y en el número de jóvenes que afirman vivir solos.
  • El incremento en las relaciones sexuales y embarazos entre adolescentes.
  • Separación entre los aspectos hedonistas y reproductivos de la sexualidad: la pornografía.
  • Mayor tolerancia hacia la homosexualidad en el marco de la separación entre sexo y reproducción.
  • El miedo al sida, el «neoocultamiento» homosexual y la disminución de la promiscuidad sexual.
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