Sitio dedicado a la Antropología

Nociones Básicas

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Abarca desde mediados del siglo VIII a.C. a comienzos del V a.C. Tres son los elementos que influirán en el desarrollo de los distintos períodos en la península:

  • Una fuerte personalidad cultural autóctona, de tradiciones locales, al margen de la civilización de Hallstat.
  • Influencia de grupos ultrapirenaicos que penetran por todos los pasos pirenaicos occidentales en tres etapas, desde el 800 al 500 a.C., y se difunden por todo Levante (especialmente desde el Bajo Aragón), Valle del Ebro, llanura alavesa, la meseta e incluso en el oeste peninsular.
  • Colonizadores del Mediterráneo oriental: fenicios y griegos, sobre todo en el litoral levantino y meridional, y en regiones occidentales. Su comercio y nuevas tecnologías (torno de alfarero y metalurgia del hierro) se extenderán por toda la península, con un influjo determinante para la formación de la cultura ibérica.

Los elementos mediterráneos aparecen en las zonas más orientales desde el siglo VII a.C., sobre todo fenicios, y desde el VI a.C. se inicia un horizonte ibérico antiguo con cerámicas escasas y elementos mediterráneos, pero con materiales y costumbres de los Campos de Urnas del Hierro I (necrópolis de incineración, tumbas planas o tumulares y cerámicas pintadas bícromas).
El elemento más antiguo del Mediterráneo oriental, fruto del comercio fenicio, es la estela antropomorfa del Valpalmas (Zaragoza). Desde el siglo VII a.C. llegan fíbulas de pivotes y doble resorte. El comercio colonial acentúa la acumulación de riqueza y el afán de controlarla.
Desde el siglo V a.C. se puede hablar de la iberización del área oriental y meridional, y de la formación de los grandes círculos culturales del Hierro Céltico en el interior y noroeste, ya en la 2ª Edad del Hierro.

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Campos de Urnas Tardíos

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Sociedad. Economía. Metalurgia. Industrias

Gran diversidad de grupos y modos de vida. Tenemos poco conocimiento de su vida social, aunque no parece haber una estratificación importante, pero sí algún tipo de autoridad.
Se produce una revitalización de la agricultura, con nuevas especies y nuevas técnicas. La recolección de frutas, nueces, avellanas, etc., contribuye a la dieta. La ganadería, con nuevas especies y auge del caballo, es el segundo apoyo económico. La influencia fenicia aportará la cría selectiva e introducirá el asno, la gallina y el gato. También había caza, pesca fluvial y recolección de moluscos. En las zonas del sur la pesca es una actividad importante, con la novedad de los salazones.
Se produce una industrialización, pasando de artesanos familiares a manufacturas hechas por especialistas. Existe una metalurgia desarrollada en el noroeste, con hachas, hoces, cinceles y brazaletes, en una producción autosuficiente. El hierro sustituye paulatinamente al bronce, y hay hornos. Se ha constatado la existencia de industria textil por la presencia de útiles empleados en su fabricación (pesas de telar vertical y fusayolas), de carácter local, pero puede que existieran talleres especializados por la gran concentración de estos útiles.
Hay gran movilidad de los grupos humanos favorecida por un transporte evolucionado: carros, carretas y tal vez el caballo.

Urbanismo

Se puede hablar ya de urbanismo, que se generaliza con rapidez en el valle del Ebro en poblados de patrón continental, pero con diferencias según la adaptación al terreno. Se ubican en cabezos de fácil defensa y en llanuras (como el de Cortes de Navarra), siempre cercanos al agua y a tierras cultivables.
Las defensas van desde el muro formado por las paredes de las viviendas en los poblados más antiguos a verdaderos oppida, como en Cortes de Navarra o Soto de Medinilla. Posiblemente hubo empalizadas y fosos. Destacar los recintos alaveses (de hasta 5 m de anchura con muros de piedra y el interior relleno) y los castros de la Meseta.
En el valle del Ebro hay una planificación: las casas rectangulares están en torno a una calle o plaza, con cimientos de piedra y adobe y tapial para el alzado. En la Meseta y Álava las casas (circulares y pequeños recintos) se colocan sin organización. La madera y adobe son típicos de la Meseta, con suelos de tierra apisonada y techos vegetales en las casas rectangulares, a doble o una vertiente, y en las circulares, cónicos. Las rectangulares suelen tener una sóla dependencia, a veces con vestíbulo y altillo, con bancos y hogares en su interior.

Ritos funerarios. Necrópolis

Aunque existen varios tipos de enterramientos, se generaliza la incineración, que se hace tanto en el mismo lugar de enterramiento como en hornos hechos a tal fin (ustrinas).
Hay necrópolis de gran extensión y larga duración. Las sepulturas, sin orden, son hoyos de entre 0’5 y 1 m de diámetro, donde se introduce la urna y el ajuar. A veces se colocan ofrendas (pequeños recipientes, fíbulas, broches, botones, placas de cinturón) y raramente armas (masculinas) y diademas o fusayolas (femeninas). Los objetos metálicos aparecen raramente en los ajuares, siendo escaso el hierro y más común el bronce y algo de oro.
En el Bajo Aragón hay necrópolis tumulares con dos variantes:

  • Grandes túmulos circulares (a veces cuadrangulares) en la cuenca del Algas y el Matarraña, bien representados en San Cristóbal de Mazaleón (Teruel). Se encuentran cerca de los poblados, sin orden y con pocas sepulturas. Se cree que eran de gente importante, aunque el ajuar es escaso, y las cistas están orientadas a poniente. Normalmente son individuales.
  • Tumbas cuadrangulares más pequeñas, con cista central, aunque a veces las hay excéntricas y con túmulo. Tienen muchas sepulturas. Destacan Roquizal del Rullo y Azaila, donde hay tres tipos: túmulos, encanchados de diversas formas y sepulturas sin estructuras externas.

No quedan evidencias de lugares de culto, artes figurativas ni simbólicas. Tan sólo destacar algunos elementos muebles:

  • Tres recipientes del Cabezo de Monleón (Caspe): Kernoi o gran vasija a la que se adaptan cuatro vasitos, de origen oriental.
  • Thymaterion céltico de Calceite, de mediados del siglo VII a.C., también de origen oriental.

Cerámica

La cerámica adquiere en el área meridional, entre los siglos VII y VII a.C., un gran impulso, consecuencia del uso del torno, en el área de influencia fenicia. En Levante lo hará un siglo después, y a finales del siglo V a.C. en el interior peninsular.
En la mayor parte de la 1ª Edad del Hierro en las zonas de Campos de Urnas perdura la fabricación local a mano, en alfares especializados y a torno lento. A finales del siglo VII a.C., en los grupos próximos a las costas, aparecen las cerámicas de importación, primero fenicias y desde el 575 a.C. griegas, que son productos de lujo.

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Tartessos

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Referencias

Hay abundantes datos sobre Tartessos en fuentes escritas, desde la Tarshish bíblica o la estela de Nora, hasta textos antiguos griegos (desde el sigo VII al I a.C.) y latinos.
Asimismo, hay datos arqueológicos, pero sigue siendo un problema histórico sin resolver.

Hipótesis de su origen

Existen dos hipótesis sobre su origen:

  • Evolucionista: la influencia oriental es un mero episodio en la evolución autóctona de Tartessos.
  • Colonialista: Tartessos es una provincia de la gran “Koiné” mediterránea orientalizante.

Etapas

Etapa geométrica
Es la etapa tartéssica inicial, anterior al impacto fenicio, y que comienza al inicio del I milenio y finaliza avanzado el siglo VIII a.C. con la colonización, manteniéndose los productos incluso hasta el siglo VII a.C. (en el Bronce Final).

Etapa orientalizante
Etapa de desarrollo y prosperidad desde la segunda mitad del siglo VIII a.C. La economía fuerte y los recursos mineros convierten a Tartessos en un foco de atracción del comercio para griegos y fenicios, que fundan colonias.
Hay controversias sobre el grado de influencia fenicia y su cronología. Se quedan en la zona y comercializan los productos tartésicos. Es también discutida la presencia chipriótica y griega, aunque existen elementos materiales de ambas culturas.

Localización. Forma de gobierno

El núcleo principal de Tartessos se localiza en el Mediodía peninsular, con el foco central en la zona de Huelva y el bajo Guadalquivir.
La forma de gobierno era la monarquía (similar a las del Mediterráneo oriental), siendo uno de los reyes más conocidos y mitificados Argantonio (670-550 a.C.)

Organización social. Ritos funerarios. Necrópolis. Economía

En la sociedad había distintos grupos según sus actividades laborales. Además de una nobleza (que no trabajaba) había un artesanado especializado, que gozaba de un estatus superior al resto de trabajadores.
La diferenciación social se pone de manifiesto en los enterramientos, en los cuales se han hallado ajuares de gran riqueza de las gentes de mayor relevancia social. Las tumbas más ricas presentan cámara, estructura tumular y ajuar suntuoso. Una de las necrópolis más importantes es La Joya (Huelva), que cuenta con un carro, jarros y braserillos, y platos con restos de comida. Este ritual evidencia la influencia fenicia. En algunos casos (necrópolis de Setefilla, La Joya y Carmona) aparecen inhumaciones e incineraciones al mismo tiempo.
En la economía tuvo gran importancia de metalurgia y la minería, siendo la provincia de Huelva el foco más importante del momento, lo que proporcionó a fenicios y griegos gran cantidad de metales para su posterior exportación a Oriente.
El interés por el estaño provocó la expansión tartésica hacia Extremadura y el occidente peninsular. La agricultura y la ganadería fueron importantes, con innovaciones como la aplicación del hierro a los instrumentos agrícolas. Se constata la difusión de vino y aceite de oliva, posiblemente resultado del intercambio comercial con griegos y fenicios.

Orfebrería. Cerámica

La orfebrería fue importante, con influencia fenicia tanto en formas como en técnicas y decoración. El granulado y la filigrana se aprecian en el conjunto de joyas de oro de los tesoros de La Aliseda (600 a.C.) y El Carambolo (600-550 a.C.), con brazaletes, arracadas, collares y diademas que responden al refinado lujo oriental.
También eran apreciados los productos de la toréutica, con bronces de gran calidad, como los braserillo, que eran jarros con asas usados en rituales funerarios, con perfil piriforme, boca plana en forma de trébol y asas unidas con palmetas. Este tipo se constata en Grecia, Etruria, Chipre y Fenicia.
El marfil fue utilizado para objetos de lujo, como placas para adornar cajas, peines, cucharas, etc. La decoración es incisa, con temas animalísticos, humanos y florales.
Destaca la aparición de la cerámica a torno, introducido por los fenicios, una policromada y otra con engobe rojo de tradición fenicia.
Existe la escritura, con signos y grafitos en cerámicas y otros artefactos, aunque se está lejos de poder interpretarla.

Asentamientos

Sólo se conocen asentamientos modestos, como el Cerro Macareno o el Carambolo, de casas cuadrangulares de varias estancias, en piedra, adobe y tapial, con cubierta de madera y fibras vegetales. Estas viviendas se generalizan y sustituyen a las casas circulares de las fases más antiguas.
Existen fortificaciones en Tejada la Vieja, con murallas y torres circulares, y en Setefilla, con dos lienzos paralelos de muralla.

Hipótesis sobre su final

Schulten creía que Tartessos fue destruido por el ejército de Cartago, pero hoy día no se cree que fuera así. Tartessos inicia su decadencia en el siglo VI a.C., debida a un complejo proceso en el que intervienen diversos factores:

  • Decadencia interna por la disgregación de la monarquía.
  • Razones económicas, como la pérdida del monopolio del estaño y la absoluta dependencia de los fenicios en el mercado mediterráneo, con enfrentamientos entre fenicios y tartésicos, con pérdida de estos últimos. Los griegos encuentran nuevos focos de estaño en el sur de Francia, y los fenicios en el Atlántico.
  • Afán imperialista de Cartago.
  • Creciente desarrollo de la metalurgia del hierro, con culturas provenientes de la Meseta, los ibéricos clásicos y la creciente presión de los celtas que penetran en tierras tartésicas desde el siglo VI a.C.

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Islas Baleares

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Es un período influido por el impacto colonial desde el 630 a.C., cuando los púnicos se instalan en Ibiza. Aunque perviven tipos constructivos anteriores, nacen nuevos hábitat con estancia de planta cuadrada y sin talayot, como Amallutx.
Los enterramientos son de inhumación en cuevas naturales o artificiales, en necrópolis con sepulturas de tipos variados, especialmente navetiformes. Es conocida la necrópolis de Son Real (Mallorca), con ajuares pobres.
La cerámica ofrece formas sencillas, sobre todo troncocónicas con paredes rectas muy abiertas, de fondo plano, y pequeña asa anular, cuencos, tazas con dos asas, ollas, jarras y cubiletes. Generalmente es lisa, salvo alguna pintada o con protuberancias, y también las hay importadas.
En bronce destacan las figurillas conocidas como “Marte baleárico”, relacionadas con el culto a alguna divinidad oriental. Hay cuernos rematados en cabeza de toro, figurillas de palomas y panteras, y el conjunto de Costix, con tres cabezas y cuernos (de posible culto al toro, ya en siglo I a.C.).
Perduran hachas de cubo y puntas de lanza, y aparecen discos de bronce y de hierro decorados, armas, útiles y adornos de épocas ya avanzadas.

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