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La sexualidad humana

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Sexo frente a género

La identidad sexual etic de los seres humanos se puede establecer examinando los cromosomas, los órganos genitales interiores y exteriores y las características sexuales secundarias, como la complexión corporal, el tamaño de los pechos y el depósito de grasa del individuo.
Los antropólogos utilizan el término género, para designar los significados emic variables asociados con las identidades sexuales culturalmente definidas.

La sexualidad humana

La búsqueda del placer sexual motiva gran parte del comportamiento humano y debería contemplarse como un aspecto de la infraestructura. Los actos sexuales no conducen necesariamente al embarazo.
El Homo sapiens es capaz de ser la especie más sexual del reino animal. El macho humano parece psicológicamente más preocupado por el sexo. Los seres humanos no están limitados por una época de celo, pueden practicar el sexo a cualquier hora y en cualquier día de cualquier mes.
Pero, todas las comparaciones específicas relacionadas con el comportamiento sexual pueden expresarse exclusivamente como potenciales debido a los extensivos efectos de la cultura. Todos los aspectos de las relaciones sexuales, desde las experiencias infantiles hasta el noviazgo y el matrimonio, manifiestan un enorme grado de variación cultural.

El sexo en Mangaya

Según Marshall, entre los magayanos de Polinesia, ambos sexos tienen relaciones sexuales antes de la pubertad. Ambos, disfrutan de una vida intensa vida sexual premarital. Las muchas reciben diferentes pretendientes nocturnos en la casa de sus padres, y los muchachos compiten con sus rivales para ver el número de orgasmos que pueden conseguir.

El sexo en la India

Una creencia muy difundida entre los hindúes y compartida por hombres de muchas sociedades, es la de que el semen es una fuente de fuerza que no debe ser malgastado.
Esta actitud, contradice el estereotipo de hipersexualidad basada es la prominencia de los temas eróticos en el arte y la arquitectura de los templos hindúes.

El sexo en Inis Beag

Las mujeres consideran el sexo como un deber frente a sus maridos, por lo que permanecen completamente pasivas durante el coito.

El sexo en Norteamérica y en Europa

Tradicionalmente, se han puesto en estos lugares del mundo las mayores posibilidades de relaciones sexuales, pero según los estudios realizados, se ve, claramente, como ocurre lo mismo que en otras sociedades, es decir: la promiscuidad sexual desde la pubertad, el alto índice de relaciones sexuales en la juventud e ir luego declinando su frecuencia según avanza la edad.

Heterosexualidad

A pesar de la gran curiosidad existente, se conoce muy poco sobre las formas en que se practica el coito en las diferentes sociedades. La principal razón se debe a que el sexo se realiza en privado en prácticamente todas las sociedades que se han estudiado.
Según Malinowski, por ejemplo:
  • Los trobriandeses rechazan la «postura del misionero», que teniendo en cuenta la influencia occidental, se trata probablemente de la postura más común en todo el mundo.
  • La entrada posterior parece ser la postura preferida de un pequeño número de culturas de Sudamérica y África.
  • El coito vertical, a pesar de ser la postura más representada en el arte erótico de los templos hindúes, probablemente estaba relacionada con las prostitutas de los templos. Era poco practicada fuera de ese ámbito cultual.
En cuanto a las practicas heterosexuales fuera del coito:
  • Los besos están ampliamente extendidos en las sociedades organizadas como Estados, pero se desconoce en otras muchas culturas.
  • Existe poca información sobre la frecuencia del sexo oral.
  • La masturbación sucede en todo el mundo y se considera parte del comportamiento normal del adolescente.

Homosexualidad masculina

Las actitudes hacia la homosexualidad oscilan entre el horror y el entusiasmo chovinista.
Sostener que la homosexualidad es tan natural como la heterosexualidad no es lo mismo que afirma que la mayoría de los hombres y mujeres encuentren individuos de su mismo sexo tan excitante y eróticamente satisfactorio como a los miembros del sexo opuesto.
La mayor parte de las sociedades no se esfuerzan por crear esta versión toleran o de hecho estimulan cierto grado de conducta homosexual junto con la actividad erótica hacia el sexo opuesto.
La conducta homosexual en los diferentes contextos culturales tan variada como la heterosexual. Por ejemplo:
  • Entre los nativos americanos de los Grandes Llanuras había hombres que se vestían con atuendo femenino y se dedicaban a conceder favor sexual a grandes guerreros.
  • Entre los azandes del Sudán, los hombres pertenecientes al grupo de edad de los guerreros solteros, vivían separados de las mujeres durante varios años, tenían relaciones homosexuales con los muchachos pertenecientes al grupo de edad de los guerreros aprendices.
Muchas sociedades de Melanesia y Nueva Guinea la homosexualidad masculina se halla sumamente ritualizada. No se considera un problema la preferencia individual, sino una obligación social. Todos los hombres estaban obligados a ser bisexuales como un asunto de deber sagrado y necesidad práctica:
  • Los etoro de Papua-Nueva Guinea, el aspecto emic de la homosexualidad gira en torno a la creencia de que el semen es origen no sólo de los bebés, sino también de la virilidad. El semen solo puede ser adquirido de otro hombre. Los niños etoro obtienen suministro teniendo relaciones orales con hombres mayores. Está prohibido que los muchachos jóvenes tengan relaciones entre sí.
La homosexualidad en Nueva Guinea y Melanesia se halla íntimamente asociada a un elevado nivel de antagonismo sexual entre hombre y mujer, miedo a la sangre menstrual y rituales y residencias exclusivas para hombres. La guerra justificaba y racionalizaba un ethos de valentía masculina que situaba a los hombres por encima de las mujeres como compañeros sexuales deseables.
Es difícil evitar la conclusión de que la homosexualidad ritual en Nueva Guinea y Melanesia es parte de un sistema regulador de la población. Las sociedades que son marcadamente antinatalistas tienden a aceptar o animar la homosexualidad y otras formas de sexo no reproductivo.

Homosexualidad femenina

Las mujeres raras veces se ven sometidas a ritos de iniciación que impliquen relaciones homosexuales. Pero, entre los dahomey, las chicas adolescentes se separaban para el matrimonio asistiendo a escuelas de iniciación de mujeres en las que aprendían a estimularse los genitales y a participar en relaciones sexuales.
Las mujeres adoptan roles de género de «ni hombre ni mujer», vistiendo como hombres, desarrollando tareas masculinas, empleando su estatus de género intermedio para afirmar su credibilidad como chamanes.
Una forma interesante de lesbianismo fue en China desde mediados del siglo XIX hasta principios del XX en los distritos productores de seda del delta del río Perla: en lugar de aceptar la subordinación que el matrimonio imponía a las mujeres chinas, estas trabajadoras formaron hermandades en contra del matrimonio que las proveían de apoyo económico y emocional. Establecieron relaciones lésbicas, fueron frecuentes matrimonios lésbicos que implicaban a dos o incluso tres mujeres.
Parece claro, a pesar de lo puntos negros de los informes etnográficos de los observadores masculinos, que es menor el número de formas de institucionalización de la homosexualidad femenina que de la masculina.
La mayor parte de la homosexualidad femenina ha sido clandestina o se ha expresado en contextos no institucionalizados que escapan de la observación.
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