El término Neolítico significa literalmente «edad de piedra nueva». Cuando se introdujo por primera vez en el siglo XIX, otorgaba reconocimiento a la aparición de instrumentos líticos que habían sido preparados mediante técnicas abrasivas y de pulimentado. Hoy en día, el término se utiliza para designar no los nuevos métodos de trabajar la piedra, sino los nuevos métodos de producción de alimentos. Durante el Neolítico se logró un mayor control de la reproducción de plantas y animales gracias al desarrollo de la agricultura y de la ganadería. Esto a su vez sentó las bases materiales para el surgimiento de densos asentamientos sedentarios y gran crecimiento demográfico.
La domesticación implica una compleja relación simbiótica entre poblaciones humanas, los domesticadores; y ciertas plantas y animales favorecidos, los domesticados. Los domesticadores destruyen la fauna y flora indeseables, ajustan la provisión de espacio, agua, luz solar y nutrientes, e intervienen en la actividad reproductora de las especies domesticadas. La domesticación entraña normalmente cambios genéticos.
La domesticación de las plantas es un proceso de cambio genético que comienza con el cultivo, la plantación y cosecha de variedades silvestres de semillas y tubérculos. Análogamente, la domesticación de animales constituye un proceso que comienza con la cría de animales, encerrándolos en corrales, apriscándolos u ordeñando animales salvajes, y que finaliza con variedades domadas genéticamente modificadas. Resulta relativamente fácil de identificar las especies de temprana domesticación en el registro arqueológico debido a los cambios en la forma, el tamaño o en otras características de las semillas o los huesos; pero los inicios de la domesticación de animales y del cultivo de plantas son menos claros.
Además de la transición al Neolítico en Oriente Medio, parece probable que análogas transiciones tuvieron lugar de forma independiente en China y en el sudeste de Asia. Sin embargo las pruebas no son todavía concluyentes como para descartar que estas u otras organizaciones cruzaran el umbral del Neolítico al mismo tiempo que en el Oriente Medio.
La transición en el Oriente Medio fue precedida por una amplia extensión de la economía de caza y recolección parangonable con la del Mesolítico europeo occidental, a excepción de la importancia creciente de los cereales silvestres. Este tipo de cereales posibilitó la vida sedentaria en las aldeas unos 2.000 años antes de que animales y plantas fueran domesticados. Los cambios climáticos que condujeron a la prolongación de veranos secos seleccionaron en favor de las hierbas anuales. La dependencia de estas hierbas —predecesoras del trigo y la cebada— estimuló el sedentarismo. El cultivo de cereales silvestres y la domesticación de los animales salvajes atraídos por éstos surgió gradualmente de la vida en asentamientos.
La conclusión de la transición a la labranza y aumento de stocks trajo consigo una mayor producción per capita de proteínas y de carbohidratos, mitigando las crisis alimentarias asociadas con el periodo de caza y recolección. Sin embargo, una de las consecuencias de la vida sedentaria es que reduce el peso que representaba para las mujeres transportar a los niños y recién nacidos a largas distancias, permitiendo reducir en consecuencia el intervalo entre nacimientos. Este condujo a un aumento de la población, con lo que se incrementó la densidad de los asentamientos humanos y presionó en favor de la expansión de las poblaciones del Neolítico de Oriente Medio hacia regiones deficitarias en lluvia y otros recursos naturales. Estas deficiencias se superaron mediante la agricultura de regadío y el comercio. Con la densidad de población aumentando, la competencia por las tierras de regadío y los bienes comerciales incrementó la incidencia de la guerra y condujo a la emergencia de jefaturas. El ulterior crecimiento de la población, la necesidad de organizar los trabajos de regadío, de controlar el comercio y coordinar las actividades militares y policiales dieron lugar al nacimiento de incipientes burocracias y a la división de la sociedad en gobernantes y gobernados.
El complejo Neolítico se extendió desde el sudeste al noroeste europeo durante el periodo comprendido entre el 8.000 y el 6.000 a. de C. Tanto la invención independiente como la difusión fueron responsables de este proceso. La difusión incluyó migraciones de pobladores del Neolítico, pero también el traspaso de rasgos neolíticos de un grupo a otro.
En China, las especies domesticadas más antiguas eran el mijo y el cerdo. Esto sugiere un origen independiente de la transición en el este de Asia del Paleolítico Superior al Neolítico y del posterior desarrollo de ciudades y estados. Otro centro independiente de domesticación, incluyendo el arroz y los búfalos fluviales, pudo haberse desarrollado en la cuenca del bajo Yantse, cerca de la costa de China meridional.
Es posible que en el sudeste asiático se produjera también una transición independiente al Neolítico basada en el cultivo de tubérculos, legumbres y arroz. La caza y la recolección de amplio espectro incluyendo muchos predecesores silvestres de cereales domesticados se practicó en el noroeste de Tailandia en fecha tan lejana como el 11.500 a. de C.
No obstante, testimonios arqueológicos más antiguos de arroz domesticado se encontraron en las proximidades de la costa del sur de Tailandia. Parece probable que la transición al Neolítico en el sur de China y en sudeste de Asia, fue al igual que en Oriente Medio, una respuesta a la crisis alimentaria provocada por un cambio ambiental en este caso, la inundación de la mitad de la región debida al crecimiento del mar que siguió al fin de la última era glacial.
En África las pruebas más antiguas de la transición a la agricultura y del aumento de los almacenamientos provienen de las áridas tierras que bordean el valle del Nilo. Las pruebas de la existencia en el valle de estos poblados neolíticos a gran escala probablemente yacen enterradas bajo las tierras depositadas por las crecidas del Nilo. Pero el conjunto del Neolítico se extendió lentamente a otras partes de África.
La domesticación implica una compleja relación simbiótica entre poblaciones humanas, los domesticadores; y ciertas plantas y animales favorecidos, los domesticados. Los domesticadores destruyen la fauna y flora indeseables, ajustan la provisión de espacio, agua, luz solar y nutrientes, e intervienen en la actividad reproductora de las especies domesticadas. La domesticación entraña normalmente cambios genéticos.
La domesticación de las plantas es un proceso de cambio genético que comienza con el cultivo, la plantación y cosecha de variedades silvestres de semillas y tubérculos. Análogamente, la domesticación de animales constituye un proceso que comienza con la cría de animales, encerrándolos en corrales, apriscándolos u ordeñando animales salvajes, y que finaliza con variedades domadas genéticamente modificadas. Resulta relativamente fácil de identificar las especies de temprana domesticación en el registro arqueológico debido a los cambios en la forma, el tamaño o en otras características de las semillas o los huesos; pero los inicios de la domesticación de animales y del cultivo de plantas son menos claros.
Además de la transición al Neolítico en Oriente Medio, parece probable que análogas transiciones tuvieron lugar de forma independiente en China y en el sudeste de Asia. Sin embargo las pruebas no son todavía concluyentes como para descartar que estas u otras organizaciones cruzaran el umbral del Neolítico al mismo tiempo que en el Oriente Medio.
La transición en el Oriente Medio fue precedida por una amplia extensión de la economía de caza y recolección parangonable con la del Mesolítico europeo occidental, a excepción de la importancia creciente de los cereales silvestres. Este tipo de cereales posibilitó la vida sedentaria en las aldeas unos 2.000 años antes de que animales y plantas fueran domesticados. Los cambios climáticos que condujeron a la prolongación de veranos secos seleccionaron en favor de las hierbas anuales. La dependencia de estas hierbas —predecesoras del trigo y la cebada— estimuló el sedentarismo. El cultivo de cereales silvestres y la domesticación de los animales salvajes atraídos por éstos surgió gradualmente de la vida en asentamientos.
La conclusión de la transición a la labranza y aumento de stocks trajo consigo una mayor producción per capita de proteínas y de carbohidratos, mitigando las crisis alimentarias asociadas con el periodo de caza y recolección. Sin embargo, una de las consecuencias de la vida sedentaria es que reduce el peso que representaba para las mujeres transportar a los niños y recién nacidos a largas distancias, permitiendo reducir en consecuencia el intervalo entre nacimientos. Este condujo a un aumento de la población, con lo que se incrementó la densidad de los asentamientos humanos y presionó en favor de la expansión de las poblaciones del Neolítico de Oriente Medio hacia regiones deficitarias en lluvia y otros recursos naturales. Estas deficiencias se superaron mediante la agricultura de regadío y el comercio. Con la densidad de población aumentando, la competencia por las tierras de regadío y los bienes comerciales incrementó la incidencia de la guerra y condujo a la emergencia de jefaturas. El ulterior crecimiento de la población, la necesidad de organizar los trabajos de regadío, de controlar el comercio y coordinar las actividades militares y policiales dieron lugar al nacimiento de incipientes burocracias y a la división de la sociedad en gobernantes y gobernados.
El complejo Neolítico se extendió desde el sudeste al noroeste europeo durante el periodo comprendido entre el 8.000 y el 6.000 a. de C. Tanto la invención independiente como la difusión fueron responsables de este proceso. La difusión incluyó migraciones de pobladores del Neolítico, pero también el traspaso de rasgos neolíticos de un grupo a otro.
En China, las especies domesticadas más antiguas eran el mijo y el cerdo. Esto sugiere un origen independiente de la transición en el este de Asia del Paleolítico Superior al Neolítico y del posterior desarrollo de ciudades y estados. Otro centro independiente de domesticación, incluyendo el arroz y los búfalos fluviales, pudo haberse desarrollado en la cuenca del bajo Yantse, cerca de la costa de China meridional.
Es posible que en el sudeste asiático se produjera también una transición independiente al Neolítico basada en el cultivo de tubérculos, legumbres y arroz. La caza y la recolección de amplio espectro incluyendo muchos predecesores silvestres de cereales domesticados se practicó en el noroeste de Tailandia en fecha tan lejana como el 11.500 a. de C.
No obstante, testimonios arqueológicos más antiguos de arroz domesticado se encontraron en las proximidades de la costa del sur de Tailandia. Parece probable que la transición al Neolítico en el sur de China y en sudeste de Asia, fue al igual que en Oriente Medio, una respuesta a la crisis alimentaria provocada por un cambio ambiental en este caso, la inundación de la mitad de la región debida al crecimiento del mar que siguió al fin de la última era glacial.
En África las pruebas más antiguas de la transición a la agricultura y del aumento de los almacenamientos provienen de las áridas tierras que bordean el valle del Nilo. Las pruebas de la existencia en el valle de estos poblados neolíticos a gran escala probablemente yacen enterradas bajo las tierras depositadas por las crecidas del Nilo. Pero el conjunto del Neolítico se extendió lentamente a otras partes de África.