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La Educación como Acción Tecnológica

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La técnica es una constante en toda cultura humana. Todo individuo, independientemente de la civilización en la que vive, está actuando de forma permanente sobre el medio en que vive adaptándolo a sus necesidades y/o intereses. Lo más significativo de esta intervención técnica sobre la realidad es que no solo modifica el entorno, sino más importante aún, está influyendo significativamente en la configuración cultural del grupo humano de referencia.

Por otro lado, debemos precisar que tecnología no es lo mismo que ciencia. Mientras que la ciencia busca leyes e interpreta hechos, la tecnología, que depende de aquella, persigue establecer normas e intervenir en la realidad para que suceda aquello que se pretende. En realidad, mientras el científico centra todo su esfuerzo en profundizar en el conocimiento, el tecnólogo busca ese saber para hacer.

DIMENSIONES DE LA ACCION EDUCATIVA

En la actualidad se atienden y diferencian cuatro niveles de acción educativa:

  • La acción espontánea, una de las formas más usuales de educación, se refiere a aquella intervención que está guiada por el sentido común, los hábitos de los propios agentes, la experiencia, la tradición, las creencias, las teorías implícitas... Se trata, en definitiva, de un saber hacer que se sostiene por tradición e inculcación de hábitos.
  • La acción reflexiva, en cambio, «(...) se conduce y regula mediante fórmulas, expresadas claramente gracias al lenguaje, que es posible pensar, criticar y formular, basándonos en el trabajo conjunto de la experiencia y el pensamiento reflexivo» (Puig, 1991). Se reflexiona sobre la propia práctica. Lo esencial en este caso es, por lo tanto, la dimensión reflexiva y crítica que se otorga a la práctica educativa.
  • La acción tecnológica se refiere a «(...) aquella que basándose en la aplicación del mejor conocimiento científico disponible, tiene por objetivo la resolución de problemas prácticos, problemas que suelen implicar el control, transformación o creación de cosas» (Puig,1991). La acción de este tipo está fundamentada en el conocimiento científico, que es el que fundamentará la construcción de las normas y pautas que se organicen para lograr ese objetivo específico.
  • La acción comunitaria, que se justifica, en primer lugar porque educación es comunicación, siendo posible únicamente en el campo de las relaciones humanas. En segundo lugar, ya que toda acción educativa deberá extenderse hacia el logro del entendimiento, del acuerdo...Es decir, no se trata de formar sin más a una serie de individuos, sino de coordinar consensuadamente los planes respectivos de todos los participantes.
  • La acción comunicativa se basa en la fuerza del diálogo, de la comunicación como elementos fundamentantes de toda acción educativa, renovando gracias a ella el saber cultural, creando así fuertes redes de solidaridad, y a la vez que se potencian las identidades personales.

Toda acción educativa comprende una acción moral, ya que estamos interviniendo sobre personas de acuerdo a unos fines que hemos considerado como valiosos.

La concepción de la Pedagogía como ciencia normativa y tecnológica parte de:

  • La idea de cambio o producción de un efecto.
  • La existencia de agentes que influyen en el medio y en sus componentes.
  • La relación y comunicación, como eje esencial del desarrollo humano.
  • La intencionalidad perfectiva de toda acción.

LA INTERRELACION TEORIA - PRACTICA - TECNICA

En toda acción humana, diferenciamos tres niveles diferentes a la hora de explicarla, comprenderla y actualizarla, que se entrecruzan constantemente, aunque cada uno de ellos posea su propia identidad.. Nos referimos, en concreto, a «teoría», «práctica» y «técnica», tres conceptos de larga tradición filosófica y que siguen subyaciendo en los grandes debates de nuestra cultura.

Hoy en día sigue abierto el debate teoría - práctica - técnica, en los distintos ámbitos del saber, originando corrientes y posturas diversas para comprender y dirigir la acción educativa.

SENTIDO Y EVOLUCION DEL CONCEPTO «TEORIA»


Teoría, atendiendo a su origen filosófico en el mundo griego, se entiende como conocimiento especulativo. Ver las cosas en sí mismas y descubrir el principio unificador que subyace en ellas. Este conocimiento no se ordena a otra cosa que al conocimiento mismo: el saber por el saber. Pieper (1974) define como rasgo característico del conocimiento especulativo el hecho de no producir ninguna modificación en la materia exterior, ni en el propio sujeto. De acuerdo a este planteamiento, su finalidad estriba en el descubrimiento de la verdad, su contemplación.

A partir de la Edad Moderna la teoría va perdiendo su lugar en el mundo del saber científico. «La nueva ciencia que reemplaza a la aristotélica va a considerar como explicación científica de un hecho aquella que venga formulada en términos de leyes que relacionan fenómenos determinados numéricamente, es decir, matemáticamente» (Mardones, 1991). Ahora bien, si la teoría es explicación causal de la realidad, ésta no está por encima, ni por debajo, antes o después, de la práctica, sino que son saberes recíprocos.

La gran diferencia que existe entre su significado originario y el actual, es que la teoría en su origen no pretendía ninguna utilidad, se trataba del conocimiento por el conocimiento: la contemplación de la realidad. En cambio ahora representa una clara conexión con la práctica: ayudar a interpretar, explicar y comprender esa misma realidad. Es decir, «preguntarse por el cómo en toda acción educativa, reclama saber responder previamente al qué, de modo que el avance de la normatividad de la acción pedagógica depende se su esclarecimiento teórico previo» (barcena, 1994).

SENTIDO Y EVOLUCION DEL CONCEPTO «PRACTICA»

El concepto de práctica también detentó originariamente varios sentidos. Implica, por una parte, acción que revierte en el interior del propio sujeto, por lo que se traduce por obrar. Por otra, se refiere también a una acción que recae en un efecto exterior, que se interpreta como producir, hacer. De aquí se desprenden las dos acepciones fundamentales de la práctica: la que tiene por finalidad el agente mismo, también denominada praxis (en la que entraría todo el ámbito de las actuaciones morales); y aquellas que se encaminan a la realización de algo externo al propio agente (implican el hacer, la producción, y enlazan con la técnica)

Al igual que la teoría, el concepto de práctica también sufre una alteración al entrar la ciencia como punto de referencia fundamental en el mundo cultural. Poco a poco va desapareciendo el significado de práctica como praxis, prevaleciendo únicamente la idea de práctica como técnica. Esta se identifica como el hacer, con el producir, con la actividad eficaz y útil para la humanidad.

Ambas concepciones de práctica concluyen en dos modelos de educación vigentes en la actualidad:

Educación como actividad práctica
Educación como praxis Educación como práctica
La educación es un proceso permanente en la que cada persona se va autorrealizando, va «obrándose»: es obra de sí mismo. En este modelo el educando es el sujeto responsable del proceso educativo, que necesita la ayuda del educador como guía, modelo para ir configurando su propia persona. Contempla al hombre como obra de la educación. Es un proceso basado en métodos y técnicas eficaces dirigidos a una finalidad. En suma, se trata de la educación como acción tecnológica. El diseño del proceso más eficaz para el logro de los objetivos preestablecidos.
La educación es un problema práctico, cuya resolución depende del ejercicio de deliberaciones educativas de carácter frecuentemente ético. Los problemas prácticos tienen un carácter abiertamente ético y reflexivo, configurando el saber práctico (phoronesis). Su principio básico serán determinados principios éticos de procedimiento educativo. La educación es una cuestión técnica, que se resuelve mediante la aplicación, en forma de tecnologías, del conocimiento científico-pedagógico. El principio básico rector de la educación es el principio de eficacia.

SENTIDO Y EVOLUCION DEL CONCEPTO «TECNICA»

Es importante destacar la actividad humana dirigida a obtener un producto o resultado externo al sujeto (producir, fabricar...) ya sea algo útil, en tal caso hablamos de técnica, o bello, que se trata, entonces, de arte entendido como producto.

Técnica se define como aquel conjunto de acciones coordinadas que se encaminan a la resolución de problemas de naturaleza muy diversa (Sarramona, 1994). Es un producto humano dirigido para facilitar la vida en la medida que se logra no estar condicionados por la naturaleza.

La tecnología es la teoría de la técnica, y se centra en (Colom,1986):


  • Lo que se debe hacer para conseguir transformar la realidad.
  • Reducir y simplificar el conocimiento científico de acuerdo con sus necesidades.
  • Tratar únicamente las variables externas, solo interesan aquellas que puedan ser observables, cuantificables.
  • La ciencia como instrumento.
  • Buscar la eficacia, no la verdad.
  • Aspirar a establecer normas, no leyes.
  • Establecer los medios, a partir de unos objetivos.
  • Controlar y dirigir todo el proceso de la acción.
  • Establecer su meta: conocer para hacer.

La tecnología se está transformando en una de las formas actuales de hacer ciencia, y en el caso de la educación, supondrá la debida articulación entre los medios y las finalidades del quehacer educativo. Sin duda la Pedagogía es una ciencia tecnológica, ya que irremediablemente esta abocada a la práctica. Se ocupa de lo que se debe hacer, y del cómo hacerlo.

LA TECNOLOGIA DE LA EDUCACION

EVOLUCION DEL SENTIDO DE LA TECNOLOGIA DE LA EDUCACION

«La tecnología de la educación propone aplicar el conocimiento pedagógico a la práctica educativa, es decir conformar los objetivos, los recursos, los contenidos, las necesidades..., todos los procesos y entornos a cada realidad educativa, de tal manera que se logre y optimice el aprendizaje» (Aznar; Gargallo, 1999).

«La tecnología es, pues, una forma de intervenir sobre el proceso educativo, praxis, posibilitada por la aplicación sistemática de conocimientos científicos, teoría, y el uso de instrumentos de acción, técnicas, orientados a la consecución de determinados objetivos» (Aznar; Gargallo, 1999). Como modelo de intervención cobró fuerza a partir de la interpretación positivista de la realidad, originándose varios modos de interpretar al acción educativa, al ser considerada como (Sancho Gil, 1996):

  • Una planificación de la enseñanza.
  • El conjunto de recursos tecnológicos que se utilizan en el proceso de enseñanza aprendizaje.
  • Una propuesta de enseñanza dirigida al logro eficaz de resultados.

Al hilo de estas interpretaciones, se identifican tres etapas claves que han incidido decisivamente a la hora de enfocar la tecnología de la educación:

  • La fase conductista, en la que toda acción educativa se sitúa en el ambiente externo, por lo que solo se considera aquello que es observable, experimentable.
  • La fase sistémico-cibernética considera, por el contrario, que cada sujeto tiene un papel activo en su aprendizaje, ya que no sólo es importante el elemento externo al educando, sino también el proceso interno.
  • La fase constructivista, por último, entiende que cada sujeto debe construir su propio conocimiento en una evolución constante, causal y recíproca de enseñanza-aprendizaje. El sentido de la educación está en enseñar a aprender, generar los recursos necesarios para el autoaprendizaje.

EL MODELO TECNOLOGICO DE LA INTERVENCION EDUCATIVA

Este modelo pretende la reflexión , elaboración, explicación y posterior aplicación de elementos y procesos propios de la intervención educativa.

Lógicamente el modelo ha sido interpretado de diversas formas a la hora de plasmarlo en planificaciones o diseños curriculares concretos, lo que ha propiciado el surgimiento de diferentes esquemas organizativos de la acción. Por otro lado, resulta lógico que el modelo tecnológico exija a los educadores más conocimientos científicos y técnicos sobre el fenómeno educativo y más competencia profesional y esfuerzo personal.

CARACTERISTICAS DE LA TECNOLOGIA DE LA EDUCACION

La tecnología de la educación pretende estructurar acciones educativas con objetos cercanos y concretos, cuya secuencia convenientemente ordenada aproximará al sujeto al logro de los valores buscados, por lo que no se ejecutarán acciones técnicas aisladas, inconexas, sino engarzadas y orientadas a la consecución de determinados comportamientos óptimos. Las características propias de este modelo son (Sarramona, 1990):

  • Racionalidad, ya que se requieren actuaciones justificables por argumentos compartidos, verificables, científicos.
  • Sistematismo, que responde a la interacción de los elementos del conjunto. Las decisiones que se tomen sobre un elemento afectarán siempre a las restantes.
  • Planificación, al exigir un proceso anticipatorio que evite la improvisación.
  • Claridad de metas, con el fin de posibilitar la anticipación de las acciones previstas en la planificación y de controlar el proceso y la eficacia de los resultados.
  • Control, en función del diseño previo, pero que permita la reconducción del sistema si se advierten desviaciones en su desarrollo.
  • Eficacia, que garantiza el logro de los objetivos previstos y la solución del problema.
  • Optimización, que representa la rentabilización de los elementos intervinientes y de los elementos intervinientes y de los recursos empleados.

UN MODELO DE ACCION TECNOLOGICA

Toda acción tecnológica pretende un plan ordenado, coherente, sistemático y secuencial de todos los elementos o factores que intervienen, o pueden intervenir, en una acción formativa que pretende unos objetivos con el fin de atender una necesidad de formación en un contexto determinado. El programa se debe reconducir a medida que se tengan más informaciones, se detecte falta de conexión entre los elementos, etc. La acción centra su atención más en los procesos que en los productos.

Además de considerar las bases científicas de orden antropológico, sociológico, psicológico y epistemológico, ha de tenerse en cuenta el proceso de planificación que comprenderá (García Aretio, 1994):


  • El diagnóstico de la realidad en la que se actúa y de las necesidades.
  • La formulación de objetivos.
  • La selección y secuenciación de contenidos de aprendizaje.
  • La selección de medios.
  • La selección y organización de las actividades.
  • La determinación del contenido de evaluación y cómo hacerlo.

VALOR DEL PARADIGMA TECNOLOGICO

Los esquemas de acción de los que, gracias a la tecnología, un docente puede disponer hoy, mejoran la intervención educativa porque han sido elaborados, en base a fundamentos científicos, con el fin de validar la práctica educativa. De esta manera el modelo tecnológico pretende que «el profesional de la educación tenga otra “concepción” de su trabajo: que le exige más conocimientos, más tecnificación, más práctica reflexiva, más crítica, más trabajo cooperativo, más interrelación, más “profesionalidad”» (Castillejo, 1987)
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