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Regionalización y Áreas Culturales

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La dispersión de los yacimientos es fundamentalmente periférica, existiendo dos regiones con personalidad bien definida y diferenciada: la Cantábrica y la Mediterránea, con puntos aislados tanto en el interior como en Portugal.

Región Cantábrica


Yacimientos situados entre la vertiente septentrional de las cordilleras norteñas y el Mar Cantábrico (Asturias. Santander y el País Vasco). Clima de tipo oceánico, con oscilaciones poco importantes, con glaciaciones locales en Picos de Europa y Montes de Reinosa. Toda esta zona tiene unas características de habitabilidad muy semejantes. Los yacimientos están en altitudes moderadas a lo largo del pasillo costero, en el curso bajo de los ríos y en los portillos que unen los valles. Culturalmente esta región constituye durante el Paleolítico un área única, que enlaza a través de los pasos occidentales de los Pirineos con los grupos del suroeste Francés. Hacia el sur, la Meseta supone una barrera infranqueable.

Región Mediterránea


Relación con yacimientos franceses del valle del Ródano, con existencia de focos autónomos con personalidad propia que influirían en el resto del litoral, pero con la falta de uniformidad que tiene la costa cantábrica. Dispersión de yacimientos más amplia, desde Gerona a Málaga. Existen cuatro grupos diferenciados:

  • Catalán: mayor concentración en Gerona. Región de paso con influencias del Valle del Ródano, y en menor medida de la zona cantabro-aquitana, y del foco valenciano.
  • Valenciano: alrededores de Gandía. Es foco de creación de culturas propias con útiles característicos.
  • El sureste: aparte de como zona de intensa ocupación actúa como zona de paso hacia el foco andaluz.
  • Zona de Málaga-Torremolinos: es un grupo de posición extrema al que llegan las influencias generales, pero son escasas las del foco autónomo valenciano.

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