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Vida Espiritual y Enterramientos

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La existencia de inhumaciones intencionadas en el Paleolítico Superior está bien documentaba en numerosos yacimientos. Los animales no entierran a sus congéneres muertos, este acto es exclusivo del hombre. Se puede intuir que cuando los hombres alcanzaron el grado espiritual suficiente para llevar a cabo una vida en común y de ayuda mutua en el seno de la comunidad, se estableció un espíritu de convivencia que unía los sentimientos del clan. La costumbre de enterrar a los muertos de lado, en posición encogida y con los brazos replegados junto a la cabeza o estirados, nos recuerdan posturas que hoy en día se usan todavía para dormir, pues para estas gentes la diferencia entre la muerte y el sueño era prácticamente inexistente.
Los primeros enterramientos que tienen una clara intencionalidad son los de los neandertales, a pesar de que se han encontrado ciertos indicios de espiritualidad en los Homo heildelbergensis (acumulación de los muertos en lugares comunes). Muchos de los esqueletos neandertales hallados en cuevas han sido históricamente considerados como el resultado de prácticas funerarias. Existen dudas sobre si el enterramiento en sí mismo tenía algún tipo de significado simbólico, ya que las pruebas de ritualidad (acumulación de huesos, enseres, etc.) son dudosas, y algunos autores las atribuyen a la casualidad.
De las aproximadamente 200 sepulturas en diferentes estados de conservación que se conocen, es posible deducir algunas características generales:

  • Todas ellas se encuentran en el área de habitación, ya sean cuevas o cabañas. No se conocen inhumaciones aisladas.
  • No se aprecia una discriminación sexual o de edad cuando las fosas son compartidas.
  • En general, contienen uno o dos esqueletos, como máximo tres, salvo excepciones como Predmostí (Eslovaquia), con restos de unos veinte individuos.
  • El contenido más rico o más pobre de una tumba podría atestiguar el estatus social del individuo enterrado.

La orientación de los cuerpos es variada. Se han encontrado enterramientos en posición fetal hacia la izquierda o hacia la derecha, así como en postura alargada reposando sobre la espalda y los brazos estirados a lo largo del cuerpo. Algunos han aparecido en una postura que demuestra que fueron enterrados después de haber sido atados en cuclillas. También se han encontrado inhumaciones con losas que sirven de almohada al muerto, o debajo de una estructura en forma de caja de losas de piedra colocadas vertical y horizontalmente. En Europa oriental se sustituyen las piedras por huesos de mamut.
Otra innovación del Paleolítico Superior es el amplio uso del ocre rojo en los enterramientos. Casi en la mitad de los excavados los muertos reposan o se hallan cubiertos de una capa de colorante rojo. Son muchas las teorías para explicar su uso, pero recientes investigaciones demuestran la propiedad del ocre para conservar el colágeno, y es posible que se usara para preservar los cadáveres de la descomposición.
Así, las sepulturas del Paleolítico Superior nos aportan numerosos datos de sus habitantes, como puede ser el aspecto físico, su economía, algunas enfermedades que padecían, el rango social, así como poder determinar su estadio cultural.

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