Constituyen el 80% del total de las representaciones paleolíticas. El caballo y el bisonte, junto con los signos suponen el 45% de dicho repertorio, siendo el primero el animal más representado en el arte paleolítico.
Otro bóvido que aparece con frecuencia es el uro o toro salvaje. Les siguen, en orden decreciente, la cabra montesa, el ciervo, el rebeco y el reno. Son excepcionales las figuras de mamuts (aunque en la cueva de Rouffignac hay 150), osos, rinocerontes, león de las cavernas y antílope saiga, junto con algunos pájaros y peces.
Otro bóvido que aparece con frecuencia es el uro o toro salvaje. Les siguen, en orden decreciente, la cabra montesa, el ciervo, el rebeco y el reno. Son excepcionales las figuras de mamuts (aunque en la cueva de Rouffignac hay 150), osos, rinocerontes, león de las cavernas y antílope saiga, junto con algunos pájaros y peces.