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Amigos Y Enemigos: Manipulaciones Y Estrategias En La Dinámica Conflictiva De Un Pueblo Andaluz. Enrique Luque Baena.

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El ámbito espacial es un pueblo de la provincia de Granada. El autor analiza las realidades sociales en un contexto de cambio. Los conflictos siguen determinadas secuencias. Presta mayor interés a los procesos que a las estructuras.

EL MARCO DE LOS CONFLICTOS

Existe en Jaral de la Sierra, además de la particular, otro tipo de propiedad de la tierra, de carácter comunal.

Hasta los primeros años del siglo pasado, la propiedad comunal estuvo en manos del Concejo, a partir de unos años después pasa a manos de un organismo distinto que se denomina Comunidad de bienes de Jaral de la Sierra. Entre estas dos etapas se produce en España el proceso de Desamortización, que llevó a la venta de bienes en muchos pueblos y ciudades de España con lo que pasaron a ser propiedad particular. No sería extraño que se hubiera recurrido a una ficción legal para presentar estos bienes como si siempre hubieran estado desligados del Ayuntamiento, aunque no existe constancia de ello. De cualquier manera, el cambio en la titularidad de la propiedad comunal tuvo dos consecuencias:
  • Una, inmediata, que fue que estos bienes no se vieron afectados en absoluto por la política desamortizadora del s. XIX.
  • Otra, más tardía, que consistió en que los terrenos comunales fueron siendo cedidos a los vecinos del pueblo para que los cultivaran con carácter individual.
Pero el mayor aprovechamiento de los terrenos de la comunidad de bienes ha consistido en los pastos. Y no sólo los ganaderos del pueblo se beneficiaban, periódicamente acuden a la sierra de Jaral ganado de las comarcas limítrofes, sus propietarios deben abonar un tanto por cabeza de ganado. Estos ingresos han sido bastante importantes y es la Comunidad de bienes la que los administra. A tal efecto existe lo que se llama la Comisión Administrativa, compuesta por 5 miembros: un presidente, un tesorero, un secretario y dos vocales. Estos cargos deben renovarse anualmente. La comisión ha tenido durante los últimos 30 años carácter democrático (aunque de ordinario siempre salen elegidos los mismos), en agudo contraste con lo que sucede por lo que respecta al ayuntamiento, ya que el puesto de alcalde es nombrado por el gobernador civil.

Destacaremos algunos factores que complican lo descrito:
  1. A pesar de la separación formal entre ayuntamiento y Comunidad, se ha procurado que algún concejal sea al mismo tiempo vocal de la Comisión. Como el secretario del ayuntamiento fue el único asesor en materias legales que tuvo la Comisión hasta hace poco tiempo, esto ayudó a suavizar la tensión entre ambas entidades. La Comunidad goza de poder económico y legitimidad popular, pero no tiene autoridad legal. El Ayuntamiento está desprovisto prácticamente de medios económicos pero es la única autoridad legal de Jaral.
  2. La Comisión ha conseguido mantenerse en funciones más de un año en base a un sistema de relaciones entre sus miembros y los electores que hace posible aclamaciones en sucesivas asambleas anuales.
  3. Esta ha cambiado en los últimos años por dos razones: 1ª el acusado proceso migratorio a que se ha visto sometido Jaral en este período; 2ª las nuevas perspectivas de explotación (interés turístico).
La Comunidad ha dispuesto de ingresos económicos diversos:
  • venta de los pastos a los ganaderos forasteros
  • venta a comerciantes (también forasteros) de plantas aromáticas silvestres, como romero, tomillo, salvia y alhucema, a cuya recogida se dedicaba buena parte de la gente del pueblo bastante años atrás
  • los acuerdos de la Comunidad establecen que tanto los pastos como las plantas aromáticas se vendan mediante subasta. Pero esto sólo se ha respetado con las plantas, no así con los pastos. Hay que advertir que el único medio hasta hace escasos años, de fertilizar la tierra de labor ha consistido en el “estercolo” (excrementos animales) del ganado del pueblo y del ganado de los ganaderos forasteros, éstos pactaban con los labradores a cambio de ese estiércol una serie de contraprestaciones (refugio y comida durante el tiempo que estaban en los pastos). Los labradores quedaban obligados a declarar a la Comisión administrativa cuánto ganado había pastado en sus parcelas y a entregarle el dinero recibido por tal concepto.
Para controlar a los labradores la Comisión disponía de un guarda que debía recorrer todas las parcelas y dar cuenta de la veracidad o falsedad de sus declaraciones. Esta tarea era casi imposible de realizar por una sola persona dada la amplia extensión de la zona. Así se adopta un sistema que beneficia a ambas partes: los labradores declaran lo que quieren y la Comisión lo acepta con la condición de volver a salir reelegida. El guarda sólo visitaba al labrador remiso en sus intenciones electorales.

Además la Comisión recibía otro tipo de apoyo: durante el invierno el guarda de la comunidad se dedicaba a vigilar la recogida de leña para usos domésticos en un monte cercano al pueblo, también propiedad de la Comunidad. Aunque sólo se permitía una carga de leña por familia, los más pobres especulaban con ella e intentaban coger más para venderla, al que se le sorprendía en esta infracción se le desposeía de toda la leña, a no ser que prometieran el voto a la Comisión, para volver a ser reelegida. La prohibición cayó en desuso al existir hoy nuevos combustibles.

Ahora bien, a partir de los últimos años de la década de los 50 se inicia en Jaral un proceso migratorio que alcanzaba 10 años después proporciones alarmantes, lo que tuvo varias consecuencias:
  1. las tierras alejadas del núcleo urbano dejaron de ser cultivadas
  2. la mano de obra abundante que en otro tiempo se desplazaba a labores como la recogida de plantas aromáticas, hoy no existe
  3. pocos son los individuos que no encuentran trabajo fuera del pueblo y tengan que dedicarse a recoger leña
Todo esto supone una pérdida de ingresos para la Comunidad.

El Ayuntamiento cuenta con recursos económicos más problemáticos, si cabe. Al tratarse de un pueblo caracterizado por escasa mediana propiedad y por la abundancia de minifundios pocos son los impuestos que pueden recabarse de los vecinos.

A partir de hace 12-14 años se inicia en los alrededores del término municipal, en Sierra Nevada, el desarrollo de las posibilidades turísticas de la zona. A diferencia de lo que ocurre en otros municipios limítrofes, en Jaral, la administración de estos terrenos cae fuera de la competencia del Ayuntamiento, por lo que no son posibles las concesiones administrativas que hacen posible la explotación turística. Pero la Comunidad al no tener reconocimiento legal tampoco puede acometer una empresa que rebasa sus competencias tradicionales. Así las modificaciones del contexto socio-económico en los últimos años han ido quebrando el difícil equilibrio entre una y otro. La Comunidad cuenta todavía con una especie de apoyo tácito entre muchos de los vecinos de Jaral.

SITUACIONES CONFLICTIVAS

Esta parte la dedica el autor a describir dentro del contexto explicado, tensiones y enfrentamientos concretos.
  1. Hace algunos años la familia X decidió vender unos terrenos cerca del núcleo habitado quedándose con una parcela por si más tarde quería edificar en ella. Algunas personas opinaron que fuera la Comunidad quien comprara estos terrenos, con una cláusula en la que se especificaba que si alguna vez la familia decidía vender la parcela la Comunidad tendría derecho a ser la primera en tener opción de compra, de acuerdo con el Ayuntamiento. Pero el secretario redacta el documento justo al revés, es decir que era el Ayuntamiento el que tendría opción de compra. Pasado algún tiempo la familia X pasa de lo estipulado y vende esa parcela a un comerciante Bartolomé, que curiosamente estaba asociado con un primo del alcalde y emparentado con una importante autoridad militar de la provincia. Esto se conoce rápidamente en el pueblo, y un individuo, Luis, se encarga de inculcar a la opinión pública un sentimiento de extrañeza y rechazo hacia lo sucedido, porque algo que debía haber beneficiado al pueblo sólo beneficia a unos cuantos al tener el respaldo del alcalde. La familia de Luis pertenece a un estrato con más peso que el propio alcalde de entonces. Creando un estado de opinión favorable, Luis ataca lateralmente a Bartolomé. Como una de las actividades de éste era comprar la cosecha de los labradores, Luis se encarga de hacerles ver a los labradores que Bartolomé los estaba engañando, que se irritan y casi linchan a Bartolomé. Luis midió fuerzas con Bartolomé, quería hacer patente a este último y a quienes le apoyaban cuál era su fuerza. Como unos días antes Luis había hecho un escrito en el que ponía en entredicho las buenas intenciones del Ayuntamiento y había recogido firmas, fue llamado al cuartel de la guardia civil y le propinaron una fuerte paliza. Algún tiempo después Luis se ocupó de recoger nombres de algunas personas que también habían sido maltratados en el cuartel, con la lista se dirigió a la capital, donde avalado por su condición de suboficial en la guerra expuso a las autoridades militares su caso, que ordenaron una investigación, como resultado de la misma se ordenó el traslado del comandante del puesto. Pero sus oponentes consiguieron que la orden se anulara. A pesar del fracaso quedó claro que los miembros de la Comisión habían demostrado poco celo en mantener deslindadas la respectiva esfera de competencias entre ella y el Ayuntamiento.
  2. La situación relatada llevó a la renovación de la Comisión, y algo más tarde la alcaldía también cambió de titular. En la nueva Comisión figuraba como vocal Luis, pero el personaje más importante era el presidente, Pedro, de posición social similar a Luis y a Bartolomé. Pedro consiguió sanear las cuentas de la Comisión, además de hacerlo de un modo limpio y claro. Esto acrecentó su prestigio entre la gente, lo que le animó a presentarse a la alcaldía. Por lo que dejó el puesto en la Comisión, obviamente incompatible con sus nuevos proyectos, pero sospechando que las cuentas volverían a “enturbiarse” retuvo en su poder el superávit conseguido bajo su gestión. Tras la insistencia del nuevo presidente un año después devolvió el dinero. Esta resistencia a entregar el dinero le restó algún prestigio. Pero se presentó una circunstancia que se le devolvió. Por aquella época se produjo el primer intento de transferir los bienes comunales al ayuntamiento, bajo el interés del desarrollo turístico de la zona. El secretario había fallecido y fue sustituido por alguien ajeno al pueblo, que ni siquiera residía en la zona. A éste se le preguntó como había que hacer para lo anterior, y este dijo que solicitándolo por escrito a Madrid, con la firma de la Comisión, para que las autoridades gubernativas decidieran sobre el asunto. Así se hizo, salvo que ni siquiera se dio conocimiento de la gestión a la Comisión. Esto trascendió a la gente que atacó a Alejandro (concejal y miembro vocal de la Comisión al mismo tiempo) por su doble condición, quien al no encontrar otra salida acusó al alcalde y al secretario. Éste hizo público, mediante un bando municipal, su inocencia y echó las culpas al alcalde y a Alejandro. Este conflicto se resolvió con una transacción: Pedro, respaldado por sus buenas relaciones familiares en el pueblo, fue nombrado alcalde poco después.
  3. En los últimos años ha habido continuados intentos por parte del ayuntamiento de conseguir las trasferencias de los bienes comunales a su tutela y administración, con la consiguiente resistencia por parte de los miembros de la Comisión, lo que ha originado el surgimiento de dos facciones en Jaral. Lo que hace que el autor cuando llega al pueblo pueda constatar algunos hechos:
    • salvo algunos de los más característicos oponentes el resto mantenía relaciones formales con los miembros de la facción contraria
    • estando presente el autor, si había una reunión las gentes mantenían por separado actitudes favorables o contrarias a la postura del ayuntamiento, ocurrían 3 cosas, o bien manifestaban una postura conciliadora, o algunos de ellos se desdecían de lo que solían defender cuando estaban otros individuos presentes manifestando la postura contraria a la que defendían; o bien ni siquiera se abordaba el tema
    • el interés por el asunto que mostraban los partidarios de una u otra postura, no era compartido por otra mucha gente
    • las personas con un estrato social y económico distinta de la de los individuos defensores de las distintas posturas, no mostraban ningún tipo de interés, más bien creían que “eran los mismos perros con distintos collares”
    • los partidarios de las dos facciones pueden encuadrarse en la clase media
    • la dinámica del conflicto en la actualidad ha seguido también pasos similares a los antes vistos, si bien las iniciativas en los ataques han sido provocadas por la corporación municipal, y la Comisión se ha limitado a parar los golpes
    • ahora no hay ningún individuo que pertenezca al mismo tiempo a la Comisión y al Ayuntamiento
La tensión últimamente ha estado centrada en las constantes tentativas por parte del ayuntamiento orientadas a conseguir la inscripción de los bienes comunales a su nombre. Se ha prescindido en estas gestiones de la Comisión y se han llevado mediante peticiones y contactos directos con las autoridades gubernativas, lo que ha llevado a la Comisión a entrar en contacto con personas influyentes en Granada. Esto el pueblo lo interpreta como indicio de persecución de provecho individual para quien realiza estas gestiones.

La Comisión ha incrementado su normal actividad en el pueblo: ha costeado el poste de TV que conecta con el distribuidor regional; también ha instalado el fluido eléctrico en el barrio más pobre de Jaral y asimismo ha financiado la conducción de aguas a ese barrio, esto consigue partidarios a su causa.

ANÁLISIS

Pueden perfilarse grupos de personas con intereses contrapuestos y con una cierta estabilidad en la pertenencia a los mismos. Hay que tener en cuenta que estamos ante lo que el autor ha llamado facciones, no grupos, y por tanto la fluidez de las fronteras y la inconstancia en las afiliaciones son mayores que si de un grupo se tratara. Los miembros activos de la Comisión pertenecen al estrato social de los vecinos acomodados, pero no al más alto, que forma parte de esa porción reducida de personas influyentes. En los miembros pasivos pueden encontrarse tanto personas de similar posición a la de los miembros activos como otras de “media fajía” y excepcionalmente, algún pobre.

Las facciones no se enfrentan como cuerpos de ejército. En un momento determinado la facción A aparece frente a la facción B como mucho más numerosa, mientras que en una fase siguiente ocurre al contrario. Una y otra facción trata de diezmar las filas de la opuesta, bien acometiendo realizaciones que afectan a buena parte de los vecinos, bien anulando la expresión de apoyos mediante la supresión de la Asamblea anual, al tiempo que tratan de recabar apoyos externos; por último ambas partes procuran el desprestigio del contrario, sacando a la luz estas gestiones o tratando de arrebatar la máscara con que aparece en público. En ocasiones después de un ataque con éxito, éste aparece como si estuviera constituido sólo por una persona, enfrentada no solo a una facción sino a todo el pueblo; en el momento siguiente puede ocurrir lo contrario.

La estrategia de los actores consiste en presentar sus movimientos en la escena del conflicto de tal manera que sus peculiares intereses en cada caso aparezcan revestidos del ropaje aceptable para los espectadores. De éstos se espera que coadyuven al mejor desarrollo del drama por medio de una participación controlada.

Es preciso tener en cuenta que durante los años en que se produjeron estos conflictos faccionales existía en España un régimen político autoritario. La imposibilidad legal de que se constituyeran grupos estables, partidos políticos, hizo que el faccionalismo se viera ampliamente favorecido.
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